Un gobierno que le falla a su pueblo pierde su derecho a gobernar.
El gobierno no es un privilegio concebido a los políticos. Es una responsabilidad solemne de servir al pueblo. Sus obligaciones son claras e innegociables: proteger a los ciudadanos, gestionar los recursos de manera justa y tratar a cada residente con igualdad. Cuando incumple estas obligaciones, pierde legitimidad. En Orihuela, este fracaso ya no es un … Leer más