Multa millonaria, pero alquilan viviendas ilegales y precarias en Palma

En febrero del año pasado, el ministerio balear de vivienda impuso una multa de algo más de dos millones de euros a una empresa que alquilaba viviendas en condiciones infrahumanas en la zona de Gomila, Palma. En noviembre de 2023, un agente de policía de Palma fue arrestado por la Policía Nacional. Él gestionaba la empresa. Y todavía lo hace. La multa ha sido recurrida y los trasteros subterráneos convertidos ilegalmente en habitaciones, sin certificados de habitabilidad, siguen alquilándose.

En un inmueble de Joan Miró hay alrededor de treinta de estas viviendas. Algunos inquilinos denuncian que el propietario intenta desalojarlos. Afirman que llevan una semana sin agua y que el viernes alguien fue a cortarles la luz.

Los desalojos no parecen consecuencia de la intervención del ministerio. Tras conocerse la noticia del arresto del policía, algunos inquilinoss iniciaron una huelga de alquiler. Hay al menos seis procesos de desahucio por impago.

Una de las afectadas es Aránzazu, de 62 años. Lleva cinco viviendo en una habitación de apenas ocho metros cuadrados. No entiende cómo un juzgado puede estudiar su caso y proteger al dueño. El martes, el asunto llegó a un colectivo contra los desahucios. Su portavoz, Joan Segura, dice que de haber actuado antes, habrían intentado paralizar el proceso, pero ya era tarde.

“Aránzazu quedó atrapada en un laberinto legal que no comprendió y firmó un acuerdo en contra de sus intereses.” No quiere irse porque no tiene adónde ir, pero suscribió un contrato para abandonar voluntariamente el inmueble a cambio de que le perdonasen una deuda de unos 4.000 euros.

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Antes de la huelga, pagaba 400 euros mensuales, un alquiler que le dejaba solo 200 para sobrevivir con el ingreso mínimo vital. “Mi contrato decía 340, pero le daba 400 por la luz.” Pero él exigía cantidades abusivas. “Nunca enseñó facturas; jamás vi un recibo.” Otros inquilinos confirman que usaba ese pretexto para inflar los pagos.

A pesar de la multa y el arresto, los vecinos dicen que se siguen firmando nuevos contratos. Hace poco murió un inquilino anciano. Dos días después, ya habían alquilado su habitación. Calculan que unos diez niños viven en estas habitaciones sin luz ni ventilación, algunos muy pequeños.