¿Cómo puede un cuadro de tres por dos pies simplemente desaparecer?
La respuesta es simple: cuando alguien decide —pongámoslo delicadamente— "Esa obra quedaría mejor en mi salón que aquí en la oficina municipal".
Cabe mencionar que la historia de cómo el Ayuntamiento de Arcos de la Frontera obtuvo esta obra tampoco es precisamente ejemplar. Hace unos 200 años, la Compañía de Jesús —la orden religiosa más conocida como los jesuitas— fue expulsada de España. El consistorio de Arcos "adquirió" los bienes de los jesuitas, incluyendo un cuadro de la Inmaculada Concepción de María.
En la Biblia hay ocho pasajes, como Lucas 1:42, donde (según los católicos) se narra que María fue elegida para ser madre de Jesús sin concebir de la manera habitual.
Esta idea —conocida como la Inmaculada Concepción— lleva siglos siendo popular en España. Si conoces a alguna mujer española llamada "Inma", su nombre es un homenaje a este dogma.
Los pintores de los siglos XVIII y XIX se ganaban la vida plasmando este concepto en sus lienzos. Así que el cuadro, de 300 años de antigüedad, colgaba en el Ayuntamiento de Arcos de la Frontera.
Al menos, había estado allí hasta que alguien notó —en marzo de este año— que había desaparecido.
Se interrogó a mucha gente, pero no hubo explicaciones.
En España, nadie actúa ante un delito sin que se presente una denuncia. Esto es útil saberlo. Por ejemplo, si te roban el coche, tienes que "denunciar" el hurto; si no, la aseguradora no paga.
El concejal de Cultura de Arcos decidió que era hora de involucrar a las autoridades. Andrés Camarena acudió al departamento legal del Ayuntamiento para presentar una queja.
Se investigó si el cuadro se estaba vendiendo en el mercado negro de antigüedades, pero no hubo rastro.
Finalmente, la Guardia Civil de Cádiz recuperó la pintura del siglo XVIII, propiedad del ayuntamiento, que había sido retirada ilegalmente. La obra fue devuelta al Departamento de Cultura.
¿Dónde había estado?
La investigación empezó tras una denuncia del Delegado de Patrimonio Municipal por la desaparición del cuadro. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº4 de Arcos encargó a la Policía Judicial de Cádiz esclarecer los hechos.
Tras meses buscando sin éxito en oficinas y almacenes, se presentó una denuncia formal.
Primero se descartó que la obra se estuviera vendiendo en páginas de arte fraudulentas. Al no hallar nada, las sospechas apuntaron a un "importante funcionario municipal" ya fallecido.
Este podría haber retirado el cuadro de las dependencias municipales, así que se contactó con la familia para localizarlo.
Tras explicarles las circunstancias y consecuencias legales, se obtuvieron permisos para acceder a la vivienda donde estaba el cuadro.
En resumen: alguien relevante del Ayuntamiento se encariñó con la obra.
Él —asumamos que era un hombre— se apropió del cuadro. O, digamos, "amaba tanto su trabajo que se lo llevó a casa".
Luego falleció.
Cuando la Guardia Civil llegó a su domicilio, dijeron a la familia: "Buscamos un cuadro… muy parecido a ese".
Al demostrarse la propiedad municipal, la familia supo que perdería cualquier pleito. (¿Alguien avisó a los jesuitas?)
El cuadro fue devuelto al ayuntamiento, en perfecto estado, para disfrute de todos los arcenses.
Un final feliz.
