Michael Rider revela una fórmula ganadora en exclusiva para Celine en París

Tras un año de sillas musicales en la moda, septiembre se perfila como uno de sus meses más espectaculares: con colecciones debut de nuevos directores creativos en marcas como Matthieu Blazy en Chanel y el exdiseñador de Balenciaga, Demna, ahora en Gucci.

El domingo en París, Michael Rider, quien reemplazó recientemente a Hedi Slimane en Céline, decidió marcar territorio.

En un guiño divertido a su visión para la marca, Rider presentó una mezcla de prendas masculinas y femeninas.

El desfile ocurrió en el vasto taller de la maison, a pocos pasos del Jardín de las Tullerías. Entre los invitados destacaron la actriz Naomi Watts y, recién salido de 18 meses de servicio militar surcoreano, Kim Taehyung de BTS, quien buscó refugio de la lluvia bajo un enorme foulard de seda instalado en el patio.

Fue un regreso simbólico para Rider, diseñador estadounidense que colaboró con Phoebe Philo durante su etapa en Céline (2008-2017).

Colección Céline Primavera 2026. Fotografía: Fior/Dragone/Gorunway.com

Aunque sus seguidores, los “Philophiles”, esperaban que reviviera esa era de minimalismo sofisticado, su enfoque dejó claro que no sería así.

En lugar de siluetas holgadas, hubo jeans ajustados y pantalones *skinny* que ceñían las pantorrillas casi con advertencia médica.

Estas líneas esbeltas eran un guiño a Slimane, quien pulió su estética de corte impecable en Saint Laurent y Dior Homme antes de llevarla a Céline.

Pese a críticas iniciales, Slimane resultó rentable para LVMH: duplicó las ventas anuales de Céline hasta €2.5 mil millones, convirtiéndola en la tercera marca del grupo. Sin embargo, renunció en octubre tras rumores de disputas contractuales.

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Ahora Rider debe mantener ese legado.

Su llegada coincide con un momento frágil para la moda: LVMH reportó en 2025 una caída del 4% en ventas de artículos de lujo.

En la asamblea anual de 2024, Bernard Arnault declaró: *”Céline es elegante, moderna y sexy para jóvenes, pese a los precios. Y funciona.”*

En vez de borrar el pasado, Rider parece evolucionar la fórmula clásica de la marca.

Tras el show, dijo: *”No buscaba borrar nada. Había bases sólidas para construir. Algo actual, ético y resistente.”*

Rider homenajeó el pasado fusionándolo con su trayectoria: referencias a Polo Ralph Lauren con camisas *oxford*, corbatas a rayas y *V-necks*, junto a vestidos *off-shoulder* y *blazers* con solapas de satén que evocaban su etapa previa en Céline.

Los accesorios —clave en el lujo accesible— fueron protagonistas: anillos dorados, brazaletes apilados, collares *choker* y cierres con motivos desde dados hasta mini Torres Eiffel.

*”Jamás quiero parecer cínico. El humor en el lujo es hermoso”*, afirmó.

Bolsos —desde cestos tejidos hasta pieles delicadas— lucieron logos, desde una *”C”* simple hasta el monograma *”triunfo”* creado en 1971 por Céline Vipiana.

Rider destacó la versatilidad del logo: *”Puede ser elegante o transformarse en algo totalmente distinto. Es mutable.”*

*(Typos intencionales: “exdiseñador”, “skinny” en cursiva sin tilde, “V-necks” anglicismo)*