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Si tienes problemas financieros en España, infórmate más sobre la Ley de Insolvencia o Segunda Oportunidad del país, quién es elegible, cuáles son los requisitos y cómo funciona el proceso de cancelación de deudas.
La Ley de Insolvencia o Segunda Oportunidad de España es un proceso legal que brinda a las personas, tanto empleados como autónomos en la mayoría de los casos, la oportunidad de deshacerse de sus deudas y reiniciar su situación financiera.
Aprobada por primera vez en 2015, la ley de Segunda Oportunidad crea básicamente diferentes formas para que aquellos endeudados o en quiebra cumplan con sus obligaciones financieras y comiencen de nuevo. A menudo, esto se logra mediante algún tipo de acuerdo o eliminando el resto por un juez.
Esto se puede hacer totalmente o parcialmente, y básicamente permite a las personas endeudadas y en quiebra cancelar lo que deben y obtener una ‘segunda oportunidad’ en sus vidas financieras sin tener demasiadas consecuencias negativas.
¿Quién es elegible?
Según Leynver & Jaquero Abogados: “Cualquier persona enfrentando insolvencia puede solicitar la Ley de Segunda Oportunidad. Esto incluye a empleados, autónomos y, en algunos casos, antiguos empresarios. Es importante tener en cuenta que las personas no pueden haber sido condenadas por delitos económicos o intentado defraudar a los acreedores”.
¿Existen requisitos?
Para aquellos que desean beneficiarse de una segunda oportunidad financiera, hay algunos requisitos que deberán cumplir para calificar para la Ley de Segunda Oportunidad.
En particular, es importante destacar que para ser elegible, las deudas totales no pueden superar los €5 millones.
También será importante demostrar que estás actuando de buena fe y te has encontrado en circunstancias difíciles que te impiden pagar tus deudas. Esto significa básicamente poder demostrar que has caído en tiempos difíciles financieramente sin culpa propia, en lugar de tomar decisiones financieras erróneas que indiquen un patrón de comportamiento.
Como se mencionó anteriormente, también es importante que no hayas estado involucrado en procedimientos de insolvencia anteriormente. Según el bufete de abogados y asesores financieros García Taboada, no puedes haber “sido condenado por delitos de falsedad económica, social, patrimonial o documental en los 10 años anteriores a la solicitud”.
Además, los solicitantes no pueden beneficiarse de la ley de segunda oportunidad más de una vez en una década. La ley está destinada a ser un caso único para casos más urgentes de insolvencia financiera y quiebra y no es algo que deba ser abusado.
La ley también requiere algún tipo de acuerdo entre las partes en disputa (por lo tanto, un acuerdo extrajudicial entre el deudor y el acreedor) y deberás demostrar que se ha alcanzado un acuerdo o, al menos, que el deudor ha intentado llegar a un acuerdo con el acreedor y liquidar las deudas.
Finalmente, no puedes haber rechazado una oferta de trabajo en los últimos cuatro años antes de comenzar los procedimientos. Como señala García Taboada: “Aunque es difícil demostrar que se ha rechazado una oferta de trabajo, es un requisito para esta ley no haber rechazado trabajar en un puesto para el cual se tiene capacidad profesional en los 4 años anteriores a la solicitud”.
¿Cómo funciona el proceso?
Si cumples con todos esos criterios y deseas avanzar con el proceso de la Ley de Segunda Oportunidad, deberás seguir varios pasos.
Layner & Jaquero indican que lo primero que debes hacer es, como se mencionó anteriormente, intentar llegar a un acuerdo extrajudicial.
Si no se puede llegar a un acuerdo, pueden comenzar los procedimientos para realizar una declaración legal de insolvencia.
Una solicitud de insolvencia debe ser enviada a un juez y, si se aprueba, la insolvencia será reconocida legalmente.
Luego viene la liquidación de activos. Según Layner & Jaquero: “Si no se puede llegar a un acuerdo, los activos del deudor se liquidan para pagar a los acreedores. Sin embargo, los activos esenciales serán protegidos y se harán esfuerzos para preservar lo necesario para las necesidades básicas del deudor”.
Luego entra en juego el aspecto de la ‘segunda oportunidad’.
Con los activos liquidados y la prueba demostrable de que el deudor ha hecho un esfuerzo genuino para pagar a los acreedores al menos parte de lo que se debe, el juez puede otorgar lo que se llama “una exoneración de las deudas restantes” (eliminarlas, básicamente) lo que le da al deudor la oportunidad de reiniciar su vida financiera libre de la carga de la deuda.
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