El término ‘Web3’ ha irrumpido con fuerza en nuestro léxico colectivo y ya comienza a trasformar las normativas del entretenimiento digital.
La sociedad se encuentra inundada de acrónimos destinados a describir los diversos aspectos del ámbito digital. SEO, HTML, CMS y DeFi son algunos ejemplos contemporáneos. Web3 es otro término más que se ha incorporado recientemente a nuestro imaginario común y ya ha empezado a impactar las normas que rigen el ocio digital.
Aunque no se requiera ser un genio para comprender los pormenores de la Web3, la pericia de un informático sin duda resulta útil. Por ello, recurrimos al expertise de primer nivel de Byron Chad; un tecnólogo británico con un don para desentrañar materias aparentemente complejas. Analicemos el rol de la Web3 y su potencial influencia en el sector del entretenimiento.
¿Qué es exactamente la Web3?
Comenzaremos este artículo asumiendo que no todo el mundo está familiarizado con el software Web3. La Web3 es un sistema basado en la tecnología blockchain. Algunos lo preconizan como la “próxima generación” de protocolos de Internet, fundamentalmente porque ofrece un medio descentralizado para compartir información. Esto contrasta directamente con los sistemas actuales, que suelen estar controlados por grandes corporaciones como Google, Apple y Meta (Facebook).
“Esto es en realidad mucho más trascendental de lo que pudiera parecer”, observa Byron Chad. “Al arrebatar el control de los datos de las manos de las grandes empresas, la Web3 promete plataformas impulsadas por los creadores. Esto también significa que artistas y entertainers dejarán de estar sujetos a las normas impuestas por terceros multinacionales; eliminando así muchas de las cuestiones turbias asociadas con la propiedad de los activos digitales”.
Aunque prometedora, es importante señalar que la Web3 aún se halla en desarrollo. La buena noticia es que muchos de sus componentes centrales (como los tokens no fungibles, la tecnología blockchain y las criptomonedas) ya existen.
Creando un campo de juego equitativo
Uno de los motivos por los que Byron Chad se ha interesado en el futuro de la Web3 involucra, en parte, su investigación previa sobre la intersección entre la tecnología digital y su rol en la economía moderna. Considera que la Web3 ya está dejando sentir su presencia; aunque mediante pasos incrementales.
“En principio, todo el ecosistema de las criptomonedas es el primer ejemplo mainstream de cómo la arquitectura Web3 está reescribiendo los métodos tradicionales de las finanzas. Me refiero, una vez más, al concepto de descentralización y a un sistema basado en una transparencia democratizada. Casinos online, plataformas de e-commerce e incluso sistemas de punto de venta en el mundo físico han comenzado a apreciar sus beneficios”.
Proseguimos pidiendo al Sr. Chad que resumiera algunas de las principales formas en que la Web3 transformará el entretenimiento digital y las ventajas que aportará tal cambio de paradigma.
Podría decirse que este es el cambio más relevante. La tecnología Web3 permite a artistas y creadores vender sus servicios directamente a su audiencia; eliminando intermediarios. Esto asegura un flujo de ingresos fiable y abre puertas a creadores que pudieran verse limitados por fondos insuficientes.
La tokenización representa otra posibilidad interesante; especialmente en sectores como la comunidad de gaming online. Los desarrolladores pueden recompensar la participación de los jugadores con un token no fungible (NFT). Estos pueden luego emplearse como una forma de moneda en el sitio, actuar como vehículos de inversión o (potencialmente) canjearse por dinero fiduciario. La tokenización es también un método poderoso para construir lealtad de marca longitudinal.
La Web3 también pretende impulsar plataformas conocidas como Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAOs). Estos sistemas se centran en una propiedad driven por la comunidad. Los miembros pueden tomar decisiones colectivas, aportar ideas valiosas y emitir votes para determinar el futuro de la entidad en cuestión. Esto contrasta directamente con los modelos de negocio tradicionales, asociados a un control que permanece en manos de unos pocos decisores.
A diferencia del HTML5, se prevé que la Web3 ofrezca un mayor grado de interoperabilidad entre sistemas. Los datos pueden compartirse fácilmente entre paquetes de software dispares, y los activos digitales (como los NFTs) no verán su circulación obstaculizada por aplicaciones con distintos lenguajes de programación. Aunque esto no significa que plataformas populares como Android e iOS vayan a obsoletizarse, sí elimina muchas de las barreras que normalmente conducían a problemas de compatibilidad.
¿Un camino arduo por delante?
Al igual que en artículos previos de Byron Chad describing la adopción a gran escala del Bitcoin como método de pago, admite que la tecnología Web3 aún podría enfrentar algunos obstáculos. Entre ellos:
Interfaces de usuario relativamente complejas (por el momento)
Escalabilidad
Preocupaciones regulatorias
Su integración con los sistemas digitales contemporáneos
“No obstante, considero que estos no son necesariamente impedimentos definitivos”, enfatiza. “Son más bien escollos que enfrentan casi todas las soluciones digitales innovadoras. Suponiendo que el momentum de la Web3 se mantenga, creo que su impacto en el sector del entretenimiento online podría ser profundo en un futuro no tan lejano”.
Teniendo en cuenta cómo la Web3 ya ha afectado a todo el ecosistema de las criptomonedas, cabe concluir que esta tecnología seguirá haciéndose notar; una excelente noticia tanto para creadores como para consumidores.
