El alcalde de Karnei Shomron declaró: "Si no se cumple la ley que prohibe a los israelíes entrar en la Zona A, podría ocurrir el próximo ataque, algo que quiero evitar."
En Israel, el tráfico es común, pero en Cisjordania, puede ser mortal. Un auto atrapado en el tráfico es un blanco fácil para tiradores, lanzadores de cócteles molotov o piedras. Para llamar la atención sobre este problema, el alcalde Yonatan Kuznitz trasladó su "oficina" a la entrada de Kalkilya. Según él, el problema empieza con el letrero rojo.
Kalkilya es una gran ciudad árabe clasificada como Zona A, que limita con Kfar Saba y pueblos judíos como Alfei Menashe y Tzufim, más allá de la Línea Verde. Un gran cartel rojo en cada entrada advierte: "Prohibida la entrada a ciudadanos israelíes. Peligro de muerte y violación de la ley."
Entonces, pregunta Kuznitz, ¿por qué hay cientos de autos con ciudadanos árabes-israelíes bloqueando el acceso al checkpoint, causando atascos que a veces llegan hasta la Ruta 55?
Los fines de semana y festivos como el Eid al-Adha (6-8 de junio), los árabes-israelíes van a Kalkilya para visitar familiares y comprar en la Zona A, donde los precios son más bajos. Si la entrada está prohibida, ¿por qué ellos están exentos?
El cartel no miente: la Zona A es peligrosa. En 2024, Amnon Muchtar, un israelí de 67 años, fue asesinado en Kalkilya mientras compraba verduras. Dos meses después, otro israelí fue herido cerca de un taller mecánico en la misma ciudad controlada por la Autoridad Palestina.
"Tras la guerra, se cerró el cruce Maavar Ayal (cerca de Kochav Yair), que era usado por trabajadores palestinos y árabes-israelíes. Ahora, el tráfico se concentra aquí. Como Tulkarm y Jenin son zonas de guerra, Kalkilya se volvió el lugar más seguro para compras y visitas familiares," explica Kuznitz.
"El próximo ataque está a la vuelta de la esquina"
Cuando Kuznitz habló con el ejército, le respondieron que sería inhumano impedir que los árabe-israelíes visiten a sus familias. Él propuso instalar cámaras y multar a los autos israelíes que entren, pero el sistema legal lo rechazó porque la ley debe aplicarse a todos, no solo a ellos.
"El próximo ataque está cerca. Hay que frenar la entrada ilegal de israelíes a pueblos palestinos en la Zona A," escribió en Facebook.
"El ejército es responsable de prohibir el acceso, pero debe cambiar su directiva. Esto pone en peligro a toda la región de Samaria," advierte Kuznitz.
Para protestar, el alcalde instaló su oficina en la Ruta 55, cerca de Kalkilya, donde miles de israelíes van los fines de semana. "Es hora de parar esto," insiste.
El pueblo de Tzufim, cercano a Kalkilya, tiene un checkpoint militar estricto. Solo residentes y visitas autorizadas pueden entrar, evitando desvíos peligrosos.
Aunque hay proyectos para ampliar carreteras y construir rutas alternas (como en Huwara y Funduq, donde hubo un ataque terrorista en 2025), el tráfico sigue siendo un riesgo.
"Nadie se hace responsable"
Kuznitz culpa al ejército, que a su vez culpa a la Administración Civil, que ignora la ley cuando árabes-israelíes llegan a los checkpoints de la Zona A.
Un portavoz militar evitó comentar, aunque confirmó que la ley aplica a todos los israelíes. Pero, al preguntar por qué se permite el acceso a árabes-israelíes, derivaron la pregunta a la Administración Civil… que luego remitió al ejército.
"Ahí está el problema," dice Kuznitz. Nadie asume responsabilidad.
Alcaldes exigen acción
El 4 de junio, alcaldes de la región enviaron una carta advirtiendo que las entradas ilegales a la Zona A ponen en riesgo a los residentes y la seguridad.
"Pedimos medidas drásticas: más patrullas militares y policiales para frenar el acceso ilegal y reducir el caos vehicular."
Kuznitz instó al ejército a hacer cumplir la prohibición: "No es solo una cuestión legal, es de vida o muerte. Debemos actuar ahora."