Una vivienda suele ser el bien más valioso que tiene una persona, lo que significa que puede haver mucha presión a la hora de venderla.
Existen varios pasos que puedes seguir al vender tu casa para hacer el proceso más fácil y menos estresante.
Aunque puedes vender tu casa por tu cuenta, contar con un agente inmobiliario local y confiable suele garantizar una venta rápida y efectiva, además de reducir el tiempo que debes dedicarle.
Es recomendable hablar con varios agentes inmobiliarios para ver si se adaptan a tus necesidades, desde su estructura de precios hasta cómo pueden hacer que tu casa destaque entre otras de la zona.
Aunque el precio es lo más importante para muchos al vender, establecer un precio de venta adecuado juega un papel clave tanto en la velocidad de la venta como en el precio final que lograrás.
Aunque los agentes inmobiliarios locales pueden asesorarte, siempre debes investigar por tu cuenta para verificar la cifra que te proponen.
Para darle a tu casa la mejor oportunidad, debes mirarla de forma objetiva. Una de las mejores maneras de hacer esto es pedirle a un amigo o familiar que la evalúe y dé su opinión sincera.
Puede ser una mancha en la alfombra que habías olvidado o una puerta de armario que cuelga un poco floja; todos estos detalles pueden hacer que la casa resulte menos atractiva para compradores potenciales.
Con frecuencia, lo primero será despejar el espacio.
Es decir, liberar áreas para que las habitaciones se vean más grandes y ayudar a los posibles compradores a imaginar su vida en tu hogar.
Guardar fotos y objetos personales antes de las visitas también puede ayudar en esto.
Finalmente, contrata a un abogado de buena reputación.
Tener un buen abogado que se encargue del aspecto legal de la venta puede marcar una gran diferencia.
Elige un abogado con buen conocimiento local y que tenga buenas relaciones con los agentes inmobiliarios de la zona para asegurar un proceso de venta más fluido y con menos estrés.