La industria del vino falso en España es mucho más grande de lo que imaginas
Hablar de alimentos y bebidas falsificados puede sonar extraño, pero existe y es un problema grave.
Según el último informe de la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO), el fraude en el alcohol afecta seriamente a la industria, con pérdidas de miles de millones en ventas. España es el país más perjudicado, con un daño anual de 380 millones de euros y la destrucción de unos 1.100 empleos cada año.
Los falsificadores prefieren el vino, vendiéndolo como español cuando no lo es. El comercio online ha facilitado la venta de estas bebidas fraudulentas, dejando a los clientes casi sin posibilidad de detectar el engaño hasta que ya lo tienen en sus manos.
Las redes criminales usan métodos sofisticados, como reutilizar botellas originales y falsificar etiquetas. ¿Dónde se producen estos falsos productos? Turquía y China encabezan la lista de países de origen de los alimentos y bebidas falsificados incautados en la UE.
En la última Operación Opson, liderada por Europol e Interpol, se decomisaron productos fraudulentos valorados en 91 millones de euros, incluyendo toneladas de aceite de oliva y vinos con Denominación de Origen Protegida (como Rioja, Ribera del Duero o Cava).
España tiene 388 productos con Indicación Geográfica Protegida, solo por detrás de Italia y Francia. Para evitar estafas, lo mejor es comprar en establecimientos de confianza, aunque expertos como Maureen Downey ofrecen consejos para identificar vinos falsos.
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¿Vivir cerca de la playa? No todo es idílico
Las propiedades costeras en España tienen un precio elevado, pero la inversión suele ser rentable. Sin embargo, si buscas tranquilidad, quizá no sea la mejor opción.
En verano, localidades como Mallorca, Alicante o las Costas Brava, Blanca y del Sol se saturan. Los residentes compiten por aparcamiento, espacio en el paseo marítimo y hasta un hueco en la arena.
En 2024, El Correo de Andalucía reportó que algunos pueblos costeros triplican su población en temporada alta, pasando de 30.000 a 100.000 habitantes. El colapso es tal que algunas playas instalan semáforos para regular el acceso de bañistas.
Municipios como Xàbia (Alicante) contratan empresas para controlar el flujo turístico, pero la saturación en playas como Granadella o el Portitxol es tal que este año nadie ha querido asumir el contrato.
Con el turismo en alza (España podría superar los 100 millones de visitantes en 2024), el problema no hará más que empeorar. Si buscas paz, considera que una casa en la montaña es, en promedio, un 35% más barata y siempre puedes instalar una piscina.
📌 Más info: ¿Por qué deberías pensarlo dos veces antes de comprar una propiedad costera en España?