Colectivos en defensa de la vivienda de la ciudad de Valencia se preparan para una serie de manifestaciones en las próximas semanas. Su protesta se dirige contra la falta de medidas para frenar el alza de los alquileres y el precio de la vivienda.
Los residentes valencianos planean responder a los costes de alquiler desbocados con más protestas, tras las similares manifestaciones de 2024, que también se centraron en el turismo excesivo.
Las organizaciones ya perfilan un calendario de marchas, junto con una batería de propuestas que pretenden presentar al gobierno autonómico valenciano.
Denuncian que la escalada de precios impide a los jóvenes y a numerosas familias acceder a una vivienda digna en la tercera ciudad más poblada de España.
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José Luis González-Meseguer, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca en Valencia, confirmó en declaraciones a Radio Valencia que ya preparan un acto público con asociaciones de vecinos y colectivos bajo el lema “València no està en venda” para concienciar sobre el problema y forzar al gobierno a tomar medidas efectivas que aborden la crisis de vivienda.
Según el Observatorio de Vivienda de la Universitat Politècnica de València, el precio medio del alquiler en la ciudad se sitúa en 1.633€. Esto supone un 75 por ciento más que en 2019, y los precios no cesan de aumentar.
El precio medio de un piso de segunda mano en la ciudad mediterránea supera ya los 300.000€ de media, según datos de Idealista.
De acuerdo con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, los desahucios se suceden a diario en Valencia, con más de 500 solo en el primer trimestre del año.
Esta plataforma, junto con la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia y el Consell de la Joventut de València, ha exigido al Ayuntamiento que declare la ciudad como ‘zona tensionada’ para imponer topes a los alquileres.
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Una ‘zona tensionada’ se define como aquella en la que existe un riesgo elevado de desabastecimiento de vivienda para su población. Para ser declarada como tal, debe cumplir uno de dos criterios: que el coste medio del alquiler o la hipoteca de las viviendas más los gastos asociados supere el 30 por ciento de la renta media de los habitantes de la zona, o que en los últimos cinco años el precio de compra o alquiler haya experimentado un incremento acumulado de tres puntos por encima del Índice de Precios al Consumo (IPC).
De ocurrir esto, los propietarios valencianos deberán acogerse a límites de renta y a normas estrictas en los contratos de arrendamiento.
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Datos oficiales del Ministerio de Vivienda de España mostraron que en Barcelona, una de las primeras áreas declaradas zona tensionada, los alquileres cayeron un 6,4 por ciento en 2024.
No obstante, según el portal inmobiliario Idealista, esto no ha ayudado a los precios de la propiedad en Barcelona, que aún así aumentaron un 10,4 por ciento en el último año.
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