El verano pasado, unas 300 personas ocuparon Caló des Moro en Santanyí en protesta por la saturación de las playas en Mallorca. Organizados por el grupo Mallorca Platja Tour, declararon entonces: “Queremos pasar un día en la playa con gente de aquí. Para lograrlo tuvimos que venir a las ocho de la mañana; de otro modo, habría sido imposible”.
Pues bien, esta semana, la mágica noche de San Juan, que marca el inicio del verano, se convirtió en una pesadilla para residentes y turistas tras publicarse en redes sociales imágenes de la acumulación de basura en Caló des Moro. Los desechos amontonados junto al camino que lleva a uno de los parajes más idílicos de la isla generaron una oleada de críticas en internet.
Un nuevo ejemplo de incivismo puso otra vez el foco en Caló des Moro, esta vez por la gran cantidad de residuos abandonados tras las celebraciones nocturnas de la víspera de San Juan, cuando multitudes acuden a la costa para disfrutar del ambiente y realizar rituales de buena fortuna.
Las horas posteriores a la fiesta dejaron un amanecer que rápidamente desató indignación por el abandono de basura de todo tipo. Distintas publicaciones en redes denunciaron la situación, recibiendo reclamos tanto de vecinos como de turistas, quienes expresaron su malestar y decepción ante la falta de respeto al medio ambiente. Y cabe preguntarse: ¿quiénes faltaron al respeto?
Es Caló des Moro ha sido reconocida como una de las mejores playas de Europa. El informe anual de *The World’s Best Beaches* la sitúa entre las tres primeras de su prestigioso ranking. Este galardón subraya el atractivo único de esta playa entre los destinos costeros más exclusivos del planeta.
Descrita por la organización como una auténtica *joya escondida*, Es Caló des Moro destaca por su pequeño arenal y aguas cristalinas. Con apenas 40 metros de extensión, se ha convertido en una de las playas vírgenes más codiciadas por los turistas que visitan la isla, ofreciendo un entorno solitario y prístino.