El presidente Trump se movió el lunes para desechar un programa de la era de Biden que permitía a los migrantes que huían de cuatro naciones problemáticas volar a Estados Unidos y permanecer en el país temporalmente, como parte de una amplia represión contra la inmigración en su primer día. El programa, conocido como libertad humanitaria e introducido por la administración de Biden a principios de 2023, permitía a los migrantes de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela volar a Estados Unidos si tenían un patrocinador financiero y pasaban controles de seguridad. Los migrantes que ingresaron bajo el programa podían quedarse hasta por dos años, a menos que encontraran otras formas de quedarse a largo plazo. Hasta finales del año pasado, más de 500,000 migrantes habían ingresado al país a través de la iniciativa. El programa, que el Sr. Trump ordenó al jefe del Departamento de Seguridad Nacional que terminara, sirvió como una de las dos principales vías legales que la administración de Biden estableció para tratar de desalentar a los migrantes de cruzar ilegalmente al país. La administración de Trump ya había movido anteriormente para cerrar el otro programa: una aplicación gubernamental que permitía a los migrantes programar citas para ingresar al país en puertos de entrada legales. “Estos procesos, una forma segura y ordenada de llegar a Estados Unidos, han resultado en una reducción significativa en el número de estas personas encontradas en nuestra frontera sur”, dijo Alejandro N. Mayorkas, secretario de seguridad nacional de la administración de Biden, la primavera pasada. “Es un elemento clave de nuestros esfuerzos para abordar el nivel sin precedentes de migración en todo nuestro hemisferio”. Los legisladores republicanos veían el programa como una forma para que los migrantes sin otro acceso a Estados Unidos tuvieran la oportunidad de ingresar al país por hasta dos años y obtener permisos de trabajo. “Aquí hay una idea: No traigas a millones de extranjeros ilegales de estados fallidos a miles de kilómetros en pequeñas ciudades en el corazón de Estados Unidos”, dijo Stephen Miller, el arquitecto de gran parte de la política de inmigración del Sr. Trump, en redes sociales en septiembre. Texas, junto con otros estados liderados por republicanos, demandó para terminar el programa y fracasó. Pero la administración de Biden ya había dicho en octubre que permitiría que la autorización para los migrantes de los cuatro países venciera después de dos años, obligando a cientos de miles de personas a encontrar otros métodos para quedarse en el país o enfrentar la deportación.
