La Corte Penal Internacional (CPI) a abierto su caso de crímenes de guerra contra el líder rebelde ugandés Joseph Kony, que está fugado. Esta es la primera vez que se realiza una audiencia para confirmar cargos sin que el acusado esté presente.
Este proceso marca un momento histórico para el tribunal y podría servir como un caso de prueba para futuros juicios contra sospechosos de alto perfil que actualmente parecen estar fuera de su alcanze.
A pesar de una orden de arresto emitida hace 20 años, Kony, el fundador y líder del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), ha logrado evadir la captura.
Enfrenta 39 cargos por crímenes de guerra y de lesa humanidad, incluyendo asesinato, esclavitud sexual, secuestro y forzar a miles de niños a luchar como soldados en el LRA.
Kony dijo que quería instalar un gobierno basado en los 10 mandamientos bíblicos y que luchaba por los derechos del pueblo acholi en el norte de Uganda.
Pero su grupo rebelde fue notorio por cortar las extremidades o partes del rostro de sus víctimas.
La notoriedad de Kony aumentó en 2012 debido a una campaña en redes sociales para resaltar las presuntas atrocidades del LRA.
A pesar de esos esfuerzos y años de búsquedas, él sigue siendo un fugitivo.
Hubo silencio en la sala del tribunal mientras se leía la lista de cargos en su contra.
Estos también cubren crímenes de género vinculados al trato de miles de mujeres y niñas, incluyendo su esclavitud, violación, matrimonio forzado y embarazo.
Se alega que las atrocidades fueron cometidas en el norte de Uganda entre 2003 y 2004.
“Desafortunadamente, los tentáculos de la justicia internacional, aunque son largos, no han sido suficientes para garantizar el arresto eficiente de los fugitivos”, dijo el fiscal general adjunto de la CPI, Mame Mandiaye Niang, al abrir el caso.
“Muchas víctimas que tuvieron la fuerza de sobrevivir los horrores de la guerra civil no han sobrevivido a esta larga espera, otras han perdido la paciencia, pero hay algunas que han esperado por este momento”, añadió.
Según la fiscalía, los niños eran regularmente secuestrados yendo a la escuela, desde los campos, privados de sus derechos fundamentales y forzados a matar para el grupo rebelde de Kony.
Por primera vez, la CPI está ejerciendo su poder bajo el Estatuto de Roma, su tratado fundacional, para avanzar sin un sospechoso bajo custodia.
Los jueces escucharán los argumentos de la fiscalía, la defensa y los representantes de las víctimas. Kony será representado en ausencia por un abogado designado por el tribunal, antes de que los jueces decidan si confirman los cargos.
Sin embargo, un juicio en sí no puede comenzar a menos que Kony sea arrestado y esté presente en la corte en La Haya.
Expertos legales dicen que la audiencia podría sentar un precedente para cómo la CPI maneja a otros fugitivos que es poco probable que sean detenidos.
Para los sobrevivientes de la violencia del LRA, la audiencia se está siguiendo de cerca, aunque de forma remota, en una pantalla grande instalada por equipos de la CPI en el norte de Uganda.
Defensores de derechos humanos dicen que valida el sufrimiento de miles de personas que soportaron el reinado de terror del grupo rebelde.
“Esto se trata de reconocimiento”, dijo un sobreviviente. “Incluso si Kony no está bajo custodia, el mundo está escuchando lo que le pasó a nuestras comunidades.”
En el caso del LRA, el fiscal general adjunto señaló que las cicatrices atraviesan comunidades en las que “la víctima se convirtió en el perpetrador”, pero Kony, dijo, “siguió siendo el principal perpetrador hasta el final.”
El LRA fue expulsado de Uganda por el ejército en 2005, y los rebeldes se fueron a lo que entonces era Sudán (ahora Sudán del Sur) y finalmente establecieron un campamento en la zona fronteriza con la República Democrática del Congo.
Luego se mudaron a la República Centroafricana, donde se entiende que se dedicaron a la caza furtiva y la minería ilegal.
Hubo intentos del gobierno ugandés de llegar a un acuerdo de paz con Kony, pero las negociaciones se rompieron en 2008 porque el líder del LRA quería garantías de que él y sus aliados no serían procesados.
La decisión de la CPI de seguir adelante sin su presencia subraya su determinación de buscar rendición de cuentas, incluso cuando los arrestos son difíciles de lograr.
El movimiento también destaca el hecho de que, con pocos otros juicios en progreso, esto presenta una oportunidad para demostrar que el tribunal en dificultades todavía puede funcionar.
El fiscal principal de la CPI está actualmente de licencia mientras se investigan denuncias de conducta sexual inapropiada, y Estados Unidos ha impuesto una serie de sanciones paralizantes en respuesta a que la CPI emitió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y su ex ministro de defensa.