A los setenta y seis primaveras, el mundo sigue siendo mi destino. Nuevos rostros y lugares son mi razón de vivir.
Puede que tenga setenta y seis primaveras, pero la idea de desacelerar o jubilarme no podría estar más lejos de mi mente. Es cierto que no cuento con una pensión cuantiosa ni con una pareja con quien compartir el resto de mis días, pero mi pasión por viajar permanece tan viva como siempre. Me encanta … Leer más