Sustancia Tóxica en Tintorerías Vinculada a Daño Hepático

La enfermedad hepática puede surgir de ciertos factores, como el consumo de alcohol, una dieta alta en fructosa, la acumulación excesiva de grasa en el órgano y enfermedadees como la hepatitis B o C. Pero ahora, una investigación revela otra causa posible, y esta se encuentra en muchos productos cotidianos como los desengrasantes domésticos y la ropa limpia en seco.

Este químico, conocido como tetracloroetileno (PCE), se utiliza para eliminar la grasa de piezas metálicas, tejidos y superficies del hogar. El PCE está ahora bajo un intenso escrutinio tras nuevos hallazgos que revelan que puede provocar daños en el hígado, particularmente fibrosis hepática.

Los investigadores vinculan el PCE con daños hepáticos ocultos

Un estudio reciente publicado por investigadores de Keck Medicine de USC analizó cómo la exposición al PCE afecta al hígado. El estudio, publicado en Liver International1, examinó datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES), una encuesta de salud de larga duración que rastrea la exposición química y las tendencias de enfermedades en Estados Unidos.2

  • Realización del estudio — Los investigadores midieron la exposición al PCE analizando muestras de sangre de 1.614 adultos de 20 años o más, recolectadas entre 2017 y 2020 — los datos más recientes disponibles. Encontraron que aproximadamente el 7% de la población tenía niveles medibles de PCE en su torrente sanguíneo, lo cual es una señal clara de exposición ambiental continua.
  • Comparación de los niveles de PCE — Los investigadores compararon luego a individuos con PCE detectable en su sangre con aquellos sin él. Lo que encontraron fue sorprendente: aquellos expuestos a este químico tenían tres veces más probabilidades de desarrollar fibrosis hepática significativa. Esto implica que incluso personas que no beben alcohol o no son obesas podrían desarrollar cicatrices en el hígado debido a esta toxina ambiental invisible. Además, estos hallazgos se mantuvieron consistentes independientemente de la edad, sexo, raza, etnia o nivel educativo.
  • ¿Qué es la fibrosis hepática? En términos simples, la fibrosis se refiere a la cicatrización que interrumpe la capacidad del hígado para filtrar toxinas y regular el metabolismo. Se caracteriza por pérdida de apetito, náuseas, pérdida de peso inexplicable y debilidad. Cuando la fibrosis se vuelve severa y extensa, conduce a la cirrosis hepática.3
  • A mayor nivel, mayor riesgo — Por cada aumento de un solo nanogramo por mililitro de PCE en el torrente sanguíneo — una cantidad tan minúscula que se mide en milmillonésimas de gramo — el riesgo de fibrosis hepática aumentaba cinco veces. Esto indica que incluso pequeñas exposiciones consistentes podrían tener serios efectos a largo plazo, lo que es particularmente preocupante para aquellos expuestos regularmente al químico.
  • La exposición al PCE anula los factores de riesgo típicos de la enfermedad hepática — Cabe destacar que, cuando este químico estaba presente, el consumo de alcohol y la acumulación de grasa en el hígado asociada con la obesidad y otras condiciones de salud no parecieron contribuir a una fibrosis hepática significativa. Según el Dr. Brian P. Lee, hepatólogo y especialista en trasplantes hepáticos de Keck Medicine y autor principal del estudio:

“Los pacientes preguntan: ¿cómo puedo tener enfermedad hepática si no bebo y no tengo ninguna de las condiciones de salud típicamente asociadas con la enfermedad hepática? La respuesta puede ser la exposición al PCE. Los hallazgos sugieren que la exposición al PCE puede ser la razón por la cual una persona desarrolla enfermedad hepática mientras que alguien con el mismo perfil de salud y demográfico no lo hace.”4

Datos sobre el PCE — Qué es y cómo puedes exponerte

Los investigadores del estudio destacado notaron algo inesperado sobre la población en mayor riesgo: encontraron que aquellos con mayor exposición al PCE pertenecían a hogares de mayores ingresos.5 Esto se debe a que estas personas eran más propensas a llevar su ropa a la limpieza en seco. De hecho, la limpieza en seco es una de las principales fuentes de exposición a este químico.6

  • El PCE es incoloro y se usa en varios productos — También llamado percloroetileno o tetracloruro de etileno, este líquido claro, incoloro y de origen humano ha sido utilizado no solo como solvente de limpieza en seco, sino también en productos domésticos y otros entornos industriales. Tiene numerosos usos, como para remover grasa, como medio de transferencia de calor y como agente secante para metales.
  • Su olor se define como dulce y similar al éter — Sin embargo, confiar en el olfato para detectar la exposición es engañoso porque el umbral del odor (el nivel en el que una persona nota el olor) varía enormemente y usualmente aparece mucho después de que ya ha ocurrido una exposición tóxica. Eso significa que podrías estar respirando niveles peligrosos de PCE sin siquiera darte cuenta.
  • El aire y agua contaminados también son fuentes de PCE — Este químico se libera al aire con el tiempo, especialmente de la ropa recién limpia en seco que continúa emitiendo vapores incluso después del lavado. También contamina el agua potable cuando derrames o una eliminación inadecuada permiten que el químico se filtre a través de las capas del suelo y entre en el suministro de agua subterránea.7
  • El PCE puede entrar fácilmente al cuerpo — Puede ser inhalado, absorbido a través de la piel, o incluso ingresar a través de agua o alimentos contaminados. Una vez dentro de tu cuerpo, afecta múltiples órganos, incluyendo el hígado, los riñones, el corazón y el sistema nervioso.
  • Estudios previos han vinculado este químico con daños hepáticos — Si bien el estudio destacado arrojó luz sobre cómo el PCE puede llevar a la fibrosis hepática, existen estudios anteriores que han advertido sobre sus efectos dañinos para el hígado. Según un informe archivado de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR), la exposición al PCE se ha asociado con condiciones como hepatomegalia (un agrandamiento del hígado) y daño hepatocelular (lesión en las células del hígado).8

Estudios de laboratorio y ocupacionales también han mostrado niveles elevados de enzimas hepáticas, lo que indica estrés celular e inflamación. Se descubrió que los trabajadores expuestos a altos niveles de PCE en instalaciones de limpieza en seco desarrollaban estos cambios con mucha más frecuencia que aquellos que no estaban expuestos.

Los peligros del PCE se extienden más allá del hígado

Debido a su naturaleza tóxica, la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) ha iniciado un plan de 10 años para eliminar gradualmente el uso de PCE en la limpieza en seco y ha prohibido o restringido severamente su uso en muchos lugares de trabajo. Aun así, el químico continúa apareciendo en ciertos productos y sigue siendo ampliamente utilizado en países que carecen de regulaciones de seguridad comparables.9 Esto es particularmente preocupante, ya que el PCE ha sido asociado con una amplia gama de efectos secundarios. Aunque algunos son leves, otros son severos y potencialmente mortales.10

  • El contacto físico con el químico es peligroso — Cuando el PCE entra en contacto con tu piel y ojos, provoca irritación y ardor. La piel puede desarrollar sarpullidos, ampollas, enrojecimiento, sequedad y grietas también. Al ser inhalado, irrita la nariz, la garganta y los pulmones.
  • La exposición prolongada puede conducir a efectos más serios — Estos incluyen daño nervioso, problemas en el ritmo cardíaco y daños reproductivos. El edema pulmonar, una peligrosa acumulación de líquido en los pulmones, también puede ocurrir con la exposición crónica. Causa dificultad para respirar, convirtiéndolo en una condición potencialmente mortal.
  • El sistema nervioso central es uno de los blancos más sensibles de la toxicidad del PCE — Esto significa que tu cerebro y nervios responden al químico incluso antes de que otros órganos muestren daño. Las personas expuestas a este químico por aire o agua a menudo desarrollan síntomas como mareos, visión borrosa, confusión y dolores de cabeza.

Estos síntomas neurológicos ocurren porque el PCE actúa como un anestésico. Ralentiza la actividad cerebral e interfiere con la neurotransmisión (el proceso mediante el cual las células nerviosas se comunican). Lo más preocupante es que estos síntomas a menudo se desvanecen una vez que la persona abandona el ambiente contaminado, lo que facilita pasarlos por alto o diagnosticarlos erróneamente.

Para cualquiera que trabaje con solventes, notar “niebla mental” recurrente o mareos después de un turno podría ser una señal de advertencia de que el cuerpo está sobrecargado de toxinas.

  • El daño renal fue otro hallazgo importante destacado en el informe de la ATSDR — Estudios han documentado aumentos en proteínas urinarias como la beta-2 microglobulina y las lisozimas entre trabajadores crónicamente expuestos, que son signos tempranos de advertencia de daño tubular en los riñones.
  • El sistema reproductivo también parece altamente vulnerable — La exposición al PCE se ha vinculado a irregularidades menstruales, cambios en la calidad del semen, fertilidad reducida y resultados adversos en el embarazo, incluyendo abortos espontáneos, mortinatos y bajo peso al nacer. Aunque la evidencia varía entre poblaciones, los investigadores encontraron consistentemente que el PCE cruza la placenta e incluso aparece en la leche materna.
  • El PCE es carcinógeno — La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer lo ha clasificado como un probable carcinógeno humano;11 está fuertemente vinculado a varios cánceres tanto en humanos como en animales, por lo que debe manejarse con extrema precaución. Según la Hoja de Datos de Sustancias Peligrosas del Departamento de Salud de Nueva Jersey:

“Existe evidencia de que causa cáncer de hígado, esófago, vejiga y otros tipos de cáncer en humanos. También ha demostrado causar cáncer de hígado y leucemia en animales.

Puede que no haya un nivel seguro de exposición a un carcinógeno, por lo que todo contacto debe reducirse al nivel más bajo posible.”12

Limita tu exposición a estos químicos dañinos para el hígado

Los investigadores destacan la importancia de sus hallazgos, particularmente para las personas con alto riesgo de daño hepático. “Si más personas con exposición al PCE son examinadas para detectar fibrosis hepática, la enfermedad puede detectarse antes y los pacientes pueden tener una mejor oportunidad de recuperar su función hepática”, dijo Lee.13

  • La forma más fácil de reducir el riesgo es eliminar las principales fuentes de PCE en tu entorno — Por ejemplo, si utilizas servicios de limpieza en seco, cambia a métodos de lavado en húmedo o basados en CO₂ que no dependan de solventes. Cuando necesites limpiar en seco prendas de vestir, cuélgalas afuera o en un espacio bien ventilado durante al menos 24 horas antes de usarlas o guardarlas.
  • Revisa también tus productos químicos domésticos — Si tienes desengrasantes domésticos, removedores de adhesivos o quitamanchas que incluyan “percloroetileno”, “tetracloroetileno” o “PCE” en la etiqueta, deshazte de ellos inmediatamente. Cada cambio que hagas — sin importar cuán pequeño sea — reduce la carga química que tu hígado tiene que procesar cada día.
  • Cuidado con otros “químicos permanentes” dañinos para el hígado también — En particular, la exposición a sustancias polifluoroalquilo o perfluoroalquilo (PFAS), que incluyen PFOA y PFOS, ha sido asociada con la enfermedad del hígado graso. Cuando estos químicos disruptores endocrinos se acumulan en los tejidos del hígado, pueden acelerar los cambios metabólicos que conducen al hígado graso. Lee más sobre esto en “Toxic To-Go Containers Linked to Liver Disease.”

Más estrategias para proteger tu salud hepática

Tu hígado es uno de los órganos más grandes y vitales del cuerpo. Realiza más de 500 funciones vitales, como la desintoxicación, la regulación de energía, la producción de bilis, el almacenamiento de nutrientes, la función inmune y más. Muchos de estos procesos ocurren simultáneamente.14

Todo lo que comes, bebes, respiras y absorbes a través de tu piel eventualmente pasa por el hígado para su evaluación y procesamiento. Sin su trabajo continuo, el equilibrio interno de tu cuerpo, desde el metabolismo hasta la inmunidad, se desmoronaría en cuestión de días. Por lo tanto, es prudente tomar medidas adicionales para mantenerlo funcionando correctamente. Además de evitar el PCE, a continuación se presentan estrategias adicionales para mantener tu hígado sano y fuerte.

  • Elimina el ácido linoleico (LA) y el alcohol de tu dieta — Consumir alimentos procesados y comida basura cargados de aceite de soja, canola, maíz o cualquier cosa etiquetada como “aceite vegetal”, somete a tu hígado a un asalto constante. Los aceites industriales de semillas están cargados de LA, que se metaboliza en subproductos tóxicos llamados metabolitos oxidados del ácido linoleico (OXLAMs). Estas son moléculas inestables y altamente dañinas que alteran las membranas celulares y desencadenan inflamación crónica.

Mientras tanto, el alcohol se convierte en acetaldehído, un aldehído reactivo que interfiere con la capacidad de tu hígado para desintoxicarse, regenerarse y almacenar energía. Si ya tienes grasa abdominal, resistencia a la insulina o enzimas hepáticas elevadas, es vital eliminar tanto los aceites de semillas como el alcohol para darle a tu hígado la oportunidad de sanar.