Sin una Estrategia Clara, el Fondo de $50.000 Millones de CMS para Hospitales Rurales Arriesga a no Alcanzar sus Objetivos

El nuevo fondo de 50 mil millones de dólares para hospitales rurales, establecido por la Ley del Gran Proyecto de Salud, representa un avance positivo en el fortalecimiento de la infraestructura sanitaria en estas zonas. Sin embargo, como señaló un experto, las inyecciones de capital a corto plazo no resolverán los problemas sistémicos profundamente arraigados.

“El dinero no es la única solución”, afirmó Jason Griffin, director gerente de la firma de consultoría Nordic Global.

Durante su trayectoria en Nordic, Griffin ha colaborado con organizaciones como Microsoft y CHIME para modernizar la infraestructura tecnológica de hospitales rurales y expandir el uso de herramientas de salud digital, esto en medio de los persistentes desafíos laborales y de reembolso.

Griffin conoce de cerca cómo la estabilidad de estos proveedores se ve amenazada por los próximos recortes en Medicaid. Aunque se añadió financiación de último momento como medida de emergencia, señaló que esta solo cubrirá aproximadamente un 37% de las pérdidas potenciales durante los próximos cinco años.

En el futuro, le gustaría ver que los gobiernos federales y estatales inviertan en infraestructura crítica —como conectividad de banda ancha confiable y sistemas estables de historia clínica electrónica— en lugar de dejar que los hospitales rurales asuman solos estos costos.

Una mejor infraestructura permitiría implementar de forma sostenible la telesalud y los modelos de atención basada en valor, añadió Griffin.

Asimismo, afirmó que la financiación pública debería apoyar el desarrollo de fuerza laboral sanitaria en comunidades rurales, incluyendo partnerships con universidades y programas de formación médica.

“Todo esto sería realmente necesario para apuntalar la sostenibilidad a largo plazo junto con esa inyección de dinero. Quiero decir, podríamos gastar mucho ahora y dentro de cinco años estar en las mismas”, comentó.

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La ciberseguridad es un área donde la escasez de personal es especialmente crítica, destacó Griffin, y señaló que estos centros suelen contar con apenas cuatro o cinco personas en sus departamentos de TI.

La mayoría de los proveedores rurales tienen dificultades para gestionar el riesgo asociado a terceros, que actualmente es una de las principales causas de violaciones de datos en el sector salud, según Griffin.

“Un tiempo de inactividad prolongado, incluso de más de una semana, puede llevar al cierre permanente de una organización. Y hemos visto que estas brechas causan hasta cinco o seis semanas de parálisis… eso es insostenible”, declaró.

A diferencia de los urbanos, los hospitales rurales se ven constantemente forzados a elegir entre invertir en equipamiento clínico o en ciberseguridad, subrayó.

También hizo hincapié en que no existen requisitos para la presentación de informes a nivel estatal ni para medir los resultados vinculados a los fondos. Abogó por establecer métricas —como tiempos de espera en urgencias o resultados en salud materna— que permitan evaluar si la financiación está mejorando realmente la atención.

En su opinión, una inyección única de efectivo corre el riesgo de malgastarse si no se acompaña de estrategias claras de inversión. Considera que los recursos deben dirigirse hacia mejoras infraestructurales, desarrollo de talento y servicios compartidos.