Este próximo domingo, 15 de junio, una ola de protestas simbólicas pero contundentes con pistolas de agua recorrerá los destinos turísticos más presionados de Europa—incluyendo Barcelona, Mallorca, Ibiza, Menorca, San Sebastián, Granada, Tenerife, Málaga, y las vecinas Venecia y Lisboa—para llamar la atención sobre los costes sociales y ambientales del sobreturismo.
Las protestas, organizadas por la Red del Sur de Europa Contra la Turistificación (SET) y apoyadas por campañas como la mallorquina Menys Turisme Més Vida, buscan visibilizar calles saturadas, la pérdida de viviendas y la presión ecológica. El movimiento Menys Turisme, Més Vida (menos turismo, más vida), que impulsó las manifestaciones contra la masificación turística el verano pasado, redoblará esfuerzos ante las previsiones de crecimiento para la nueva temporada. En un comunicado, la plataforma explicó su intención de intensificar acciones en temas locales como la vivienda y la precariedad laboral.
El movimiento está escalando acciones “tras ver la nueva campaña turística del gobierno balear, los anuncios de inversiones millonarias, el auge de la especulación inmobiliaria y el turismo de lujo mientras empeora el problema de la vivienda, con políticas que solo favorecen la liberalización del suelo y especulan en un contexto de grave crisis climática y ecológica, con la negociación del acuerdo hostelero sobre la mesa y el fracaso—más que previsible—de las mesas del Pacto por la Sostenibilidad”.
Las autoridades turísticas de ambas comunidades autónomas mantienen conversaciones para coordinar acciones. La idea es beneficiarse mutuamente de la experiencia, no solo compartiendo conocimiento, sino también en la redacción de leyes y normativas.
La legislación contra la masificación será una iniciativa sin precedentes para un problema creciente, pero que hasta ahora no había recibido respuesta política. Avanzar juntos en el ámbito legal brindará mayor seguridad ante posibles oposiciones del sector privado o incluso de la administración estatal.