La presidenta de Tanzania, Samia Suluhu Hassan, ha anunciado una investigación oficial sobre los disturbios que ocurrieron durante la semana electoral. Esto viene después de acusaciones de que su gobierno reprimió con violencia unas protestas históricas.
Fue declarada ganadora de las elecciones presidenciales del mes pasado con el 98% de los votos, un resultado que la oposición denunció como una “burla a la democracia”. Al menos 240 personas fueron acusadas de traición después de las protestas.
Además de la comisión de investigación, la presidenta Samia también ha pedido a los fiscales que muestren “clemencia” hacia los detenidos por la violencia. Citando la Biblia, dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Sus declaraciones llegan días después de que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, instara a las autoridades tanzanas a realizar una investigación completa y transparente sobre los informes de muertes y otras graves violaciones de derechos humanos durante y después de las elecciones del 29 de octubre.
Según la oposición, cientos de personas pueden haber muerto en los disturbios posteriores a las elecciones. Las autoridades aún no han publicado un balance oficial de víctimas.
La violencia fue impactante para una nación que había cultivado una imagen de calma y orden durante casi seis décadas.
Durante un discurso en el parlamento, la presidenta Samia instó a los fiscales a considerar reducir o retirar los cargos contra personas que quizás se vieron envueltas en los disturbios sin entender completamente sus acciones.
“Sé que muchos jóvenes han sido arrestados y acusados de traición. No entendían completamente en qué se estaban metiendo”, dijo. “Como madre y guardiana de esta nación, ordeno a las agencias de seguridad, especialmente a la fiscalía, que muestren clemencia”.
Samia también pidió a los partidos políticos que se reúnan para discutir cómo hacer política sin dañar al país. Reafirmó su compromiso de iniciar un nuevo proceso para crear una constitución.
Las protestas, organizadas por jóvenes, mostraron claras similitudes con las movilizaciones globales de la Generación Z contra líderes arraigados y gobiernos que no los escuchan.
Los analistas dicen que, aunque los disturbios no tenían precedentes para Tanzania, fueron precedidos por un clima político tenso. Esto incluye reformas estancadas, años de enfado entre los jóvenes, luchas de poder dentro del partido gobernante y la persecución constante de líderes opositores.
En los meses previos a las elecciones, el gobierno del CCM trabajó para eliminar sistemáticamente cualquier competencia creíble, según analistas.
Los dos principales líderes de la oposición no pudieron presentarse a las elecciones: Tundu Lissu está detenido por cargos de traición que él niega, mientras que la candidatura de Luhaga Mpina fue rechazada por tecnicismos.
Al inicio de su primer mandato, el enfoque de Samia fue admirado dentro y fuera del país, ya que permitió que los partidos de oposición hicieran mítines y criticaran al gobierno sin miedo a graves represalias.
Ella prometió reabrir Tanzania al mundo a través de su doctrina “4R”: reconciliación, resistencia, reconstrucción y reforma.
Pero meses antes de las elecciones, una ola de secuestros, arrestos y brutales asesinatos de miembros de la oposición sacudió al país, destruyendo las esperanzas de reforma y reconciliación.
Reportaje adicional de Natasha Booty.
