DAKAR, Senegal (AP) — Expertos de las Naciones Unidas instaron el miércoles a las autoridades de Malí a investigar informes de presuntas ejecuciones sumarias y desapariciones forzadas por parte del ejército y mercenarios rusos, tras el descubrimiento de docenas de cuerpos cerca de un campamento militar la semana pasada.
Según un comunicado de la agencia humanitaria de la ONU, los cuerpos fueron encontrados cerca del campamento militar de Kwala en la región de Koulikoro en el oeste de Malí entre el 21 y el 22 de abril, y se sospecha que son de hombres arrestados por soldados malienses y mercenarios del Grupo Wagner respaldado por Rusia diez días antes.
Citando “informes no confirmados”, la agencia dijo que alrededor de 60 hombres, la mayoría de ellos de etnia fulani, fueron presuntamente torturados e interrogados en el campamento sobre presuntos vínculos con “terroristas”, antes de ser ejecutados.
La Associated Press no ha podido verificar de forma independiente los informes. Portavoces del ejército de Malí y el gobierno no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Los expertos de la ONU dijeron que, de confirmarse, los asesinatos podrían constituir crímenes de guerra, mientras que las desapariciones forzadas podrían constituir crímenes de lesa humanidad. Instaron a las autoridades de Malí a llevar a cabo una investigación independiente y transparente sobre los asesinatos y desapariciones forzadas de los hombres.
El pueblo fulani, también conocido como los peuhl, está desproporcionadamente representado en grupos militantes islámicos en el centro de Malí, lo que ha llevado a su estigmatización por parte de otros grupos étnicos y fuerzas de seguridad.
Malí, junto con los vecinos Burkina Faso y Níger, ha estado luchando durante más de una década contra una insurgencia liderada por grupos armados, incluidos algunos aliados de al-Qaida y el grupo Estado Islámico.
Tras los golpes militares en los tres países en los últimos años, las juntas gobernantes han expulsado a las fuerzas francesas y recurrido a unidades de mercenarios rusos para obtener asistencia de seguridad. Desde que asumió el poder en 2021, el presidente interino Assimi Goita ha tenido dificultades para frenar la violencia en Malí, mientras que el ejército ha sido acusado de atacar a civiles.
En diciembre, Human Rights Watch acusó a las fuerzas armadas de Malí y al Grupo Wagner de asesinar deliberadamente al menos a 32 civiles en un lapso de 8 meses.
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