Padres noruegos promueven una infancia libre de teléfonos inteligentes
Cada vez más escuelas y padres en Noruega se unen para replantear el papel de los smartphones en la vida de los niños. Lo que comenzó como una pequeña campaña en Oslo ahora se ha extendido por todo el país. Actualmente, padres de 161 escuelas primarias trabajan para retrasar el uso de estos dispositivos hasta al menos los 13 años.
Muchos de estos padres consideran que los smartphones se introducen demasiado pronto. Les preocupa el impacto negativo en la salud mental, la vida social y la capacidad de atención. Algunas escuelas ya tienen normas que prohíben su uso durante las clases, pero los padres quieren ir más allá: piden que no se regalen smartphones antes de la secundaria.
El movimiento, llamado "Infancia Libre de Smartphones", surgió en Oslo cuando un grupo de padres se planteó una pregunta sencilla: ¿Deberían los niños llevar estos dispositivos antes de la adolescencia?
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En una reunión de padres en la Escuela Bestum de Oslo, comenzó el diálogo. Pronto, más familias se sumaron, transformando una decisión personal en un esfuerzo colectivo. Hoy, la campaña llega a ciudades como Kristiansand, donde varias escuelas buscan establecer límites de edad. Por ejemplo, en la Escuela Sjøstrand, el Comité de Padres (FAU) recomienda que los niños nacidos en 2016 o después no tengan smartphones hasta octavo grado.
El objetivo es claro: 13 años sin teléfonos inteligentes. Una infancia sin apps, internet, GPS ni cámaras.
La iniciativa está respaldada por estudios que vinculan el uso temprano con daños en los jóvenes. Alexander Elmies-Vestergren y Kjetil Abrahamsen, miembros del FAU, señalan que la salud mental es una de las mayores preocupaciones:
"Queremos darles a los niños la oportunidad de desarrollarse sin la presión y distracción que generan los móviles".
En Noruega, muchas escuelas prohíben su uso en clase, pero el tiempo frente a pantallas persiste fuera del horario escolar. Los padres buscan reducir esto, promoviendo acuerdos en el hogar.
Uno de los mayores retos no es la escuela, sino la presión social. Los niños no quieren sentirse excluidos, por lo que la decisión debe ser comunitaria. La red "Infancia Libre de Smartphones" ofrece recursos y un mapa de escuelas adheridas. Hasta ahora, 31 escuelas han tomado medidas oficiales, y muchas más están en proceso.
Este no es solo un tema noruego. Discusiones similares surgen en otros países, pero en Noruega el impulso es notable. La meta no es imponer leyes, sino crear consenso entre padres. Cada año, se invita a nuevos padres de primer grado a unirse al acuerdo.
En Kristiansand, escuelas como Dvergsnes, Hånes y Fargerholt siguen el mismo camino. El objetivo común es aliviar la presión estableciendo un límite de edad claro.
Como explica Abrahamsen, no se trata de quitarles los smartphones a quienes ya los tienen, sino de enfocarse en los próximos niños, empezando por los nacidos en 2016.
La campaña ha generado gran atención mediática y un creciente interés en Noruega. Los padres comparten experiencias y el sitio web registra alto tráfico. Sus fundadores creen que esto podría influir en políticas nacionales.
Aunque no se convierta en ley, el movimiento ya está cambiando conversaciones en hogares y escuelas. Con las pantallas omnipresentes, muchos padres noruegos se preguntan si los niños necesitan más tiempo offline.
Por ahora, la respuesta de muchas familias es sí.
