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La ganadora de la Copa del Mundo de fútbol femenino en España, Jenni Hermoso, confrontó esta mañana al ex jefe de la federación de fútbol Luis Rubiales en su juicio, diciendo que no estuvo de acuerdo con el beso que desencadenó una reacción nacional contra el sexismo en el deporte.
“Sabía que estaba siendo besada por mi jefe y eso no debería ocurrir en ningún entorno social o laboral”, Hermoso dijo del encuentro visto en directo por millones de personas en todo el mundo en la ceremonia de entrega de premios de la Copa del Mundo de 2023 en Australia.
“Creo que fue un momento que empañó uno de los días más felices de mi vida”, dijo la delantera de 34 años al Tribunal Superior de Madrid mientras Rubiales tomaba notas sin mirarla. Rubiales, de 47 años, está acusado de agresión sexual y luego de intentar presionar a Hermoso – con la ayuda de otros tres hombres – para que declarara que el beso había sido consensuado.
Aunque se disculpó por ser demasiado efusivo, Rubiales niega esos cargos criminales y se presenta como un chivo expiatorio. Ante la pregunta de un fiscal en la Audiencia Nacional de España si había consentido el beso, Hermoso respondió: “Nunca”.
“No escuché ni entendí nada”, añadió, luciendo nerviosa al principio pero luego tranquila mientras respondía preguntas durante más de dos horas. “Lo siguiente que hizo fue agarrarme de las orejas y besarme en la boca… Me sentí irrespetada.”
ÉXITO EN LA COPA DEL MUNDO ECLIPSADO
Rubiales ha dicho que el beso fue consensuado y, en medio de la controversia, inicialmente se burló de los críticos como “idiotas” antes de disculparse cuando el asunto estalló. Interrogada por la defensa sobre un video en el vestuario en el que parece decir “bien” cuando le preguntan qué dijo a Rubiales en ese momento, Hermoso dijo que también explicó que no le gustó. El escándalo eclipsó la primera victoria de España en la Copa del Mundo femenina y resultó ser un punto de inflexión en los esfuerzos de las jugadoras españolas por exponer el sexismo y lograr la paridad con sus homólogos masculinos.
“Todo esto significó que no pude disfrutar en absoluto de ser campeona del mundo después de aterrizar de vuelta en Madrid”, dijo Hermoso, quien juega para un club mexicano además del equipo nacional de España.
Rubiales y sus coacusados – el exentrenador de la selección nacional femenina Jorge Vilda, el exdirector deportivo de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Albert Luque y el exjefe de marketing de la RFEF Rubén Rivera – testificarán el 12 de febrero o después.
Algunos sectores de la sociedad española, incluidos partidos de derecha, han descrito el juicio como una caza de brujas, diciendo que el beso fue grosero en el peor de los casos pero no un crimen. Algunos seguidores de Rubiales en las redes sociales señalan una foto de Hermoso en el autobús del equipo mostrando un meme del beso en su teléfono y riendo.
En su testimonio, Hermoso dijo que, en medio de la euforia y el champán en el vestuario, al principio las compañeras de equipo se burlaron del beso. Pero dijo que una de ellas, Irene Paredes, intervino, diciendo: “Para, esto es serio.”
La presión de Rubiales y la RFEF para calmar el escándalo comenzó casi de inmediato, dijo Hermoso, relatando cómo la apartaron y le pidieron que consintiera una declaración minimizando el incidente, a lo que ella se negó.
SE BUSCA SENTENCIA DE PRISIÓN
Hermoso dijo que se dio cuenta de la magnitud del escándalo durante el vuelo de regreso cuando notó movimiento en la sección de clase ejecutiva en la que estaban con personas agrupadas alrededor del asiento de Rubiales y sus hijas llorando.
En un momento, dijo que fue al baño y se encontró con Rubiales, quien le pidió que grabara un video con él porque estaba siendo acusado en las redes sociales de agresión.
“Le dije que no, que no iba a hacer nada, que yo no era la causa de esto”, dijo Hermoso al tribunal. Dijo que Rubiales le dijo que hablaría con su familia y ella le pidió que los dejara fuera de esto.
La fiscalía pide 2 años y medio de prisión para Rubiales.
El escándalo desencadenó una huelga por parte de las compañeras de equipo de Hermoso y provocó la destitución de varios responsables de la federación, con Rubiales y su mano derecha y sucesor siendo destituidos y una mujer nombrada como entrenadora del equipo femenino por primera vez.