Los partidos de oposición de Israel dijeron que presentarán una moción para disolver el Parlamento este miércoles, lo que supone el desafío más serio hasta ahora al gobierno de derechas del primer ministro Benjamin Netanyahu y aumenta la posibilidad de elecciones anticipadas.
Si la moción es aprobada, es poco probable que el gobierno caiga inmediatamente. El proceso parlamentario antes de cualquier voto final podría durar meses, dando tiempo al primer ministro para reforzar su coalición cada vez más dividida o plantear su propia agenda para volver a las urnas. Pero sería un golpe duro a su credibilidad política.
Los partidos de oposición están aprovechando una crisis dentro de la coalición gobernante por la polémica política de décadas que exime a los hombres ultraortodoxos que estudian en seminarios del servicio militar obligatorio.
Los socios ultraortodoxos de Netanyahu, los partidos Judaísmo de la Torá Unido y Shas, están en disputa con otros miembros del gobierno por propuestas para limitar las exenciones. El tema ha ganado urgencia y ha generado creciente enfado público desde el ataque del 7 de octubre de 2023 por Hamás, que inició la guerra en Gaza.
Judaísmo de la Torá Unido ha amenazado con votar con la oposición, diciendo que no puede aceptar el principio de reclutar estudiantes de seminario. Si Shas también vota con la oposición, podrían conseguir la mayoría necesaria para disolver el Parlamento.
La coalición de Netanyahu tiene 68 de los 120 escaños en la Knesset. Shas y Judaísmo de la Torá Unido tienen 18 escaños, dándoles mucho poder.
La división en la coalición ha dado a la oposición una oportunidad política para desafiar al gobierno. Aunque apoyan el reclutamiento de estudiantes ultraortodoxos, su prioridad es derrocar el gobierno de Netanyahu y forzar nuevas elecciones.
Este gobierno, formado a fines de 2022, es el más derechista y conservador en la historia de Israel. Las próximas elecciones serían en octubre de 2026 si completa su mandato.
Si la moción es aprobada el miércoles, el proyecto tendría que pasar por un comité parlamentario antes de volver a la asamblea para más votos, y Netanyahu y sus aliados podrían retrasar el proceso por meses.
Pero los analistas dicen que incluso una aprobación preliminar para disolver el Parlamento podría desestabilizar más su gobierno.
"Todo el sistema entraría en un modo diferente: modo elecciones", dijo Aviv Bushinsky, analista político y exasesor de Netanyahu. Perder el voto mostraría falta de liderazgo de su parte y su incapacidad de controlar su coalición.
Gabby Sobelman contribuyó con información desde Rejovot, Israel.
