El dolor en la mandíbula que no desaparece, dientes flojos o hueso visible en la boca no son solo problemas dentales; son señales de alerta de una condición subyacente grave que afecta cómo tu cuerpo se cura. La osteonecrosis de mandíbula relacionada con medicamentos (MRONJ) es una complicación devastadora vinculada a fármacos comúnmente recetados para la osteoporosis y la pérdida ósea por cáncer. Y una vez que empieza, revertir el daño es increíblemente difícil.
Lo más preocupante es lo extendido que está el uso de estos medicamentos, a menudo sin informar completamente los riesgos a largo plazo. Aunque están diseñados para frenar la pérdida ósea, también bloquean la capacidad natural del cuerpo para repararse. Con el tiempo, ese intercambio provoca infecciones, fracturas y pérdida permanente de tejido óseo en la mandíbula.
Si te han ofrecido algún fármaco como denosumab o bifosfonatos, o si ya los tomas, mereces saber exactamente qué está en juego. Porque esto no se trata solo de efectos secundarios — es proteger tu salud a largo plazo y preservar tu capacidad de curarte.
El riesgo de daño en la mandíbula aumenta con fármacos óseos y esteroides
Publicado en Scientific Reports, un estudio finlandés siguió a 58.367 adultos a quienes se les recetaron fármacos antirresortivos — principalmente bifosfonatos o denosumab — entre 2013 y 2015.
Estos fármacos están diseñados para ralentizar la pérdida ósea, pero están asociados a efectos graves. Los investigadores calcularon con qué frecuencia desencadenaban MRONJ, una condición donde el hueso expuesto no sana, causando dolor crónico, infección o fracturas.
- La mayoría eran mujeres mayores tratadas por osteoporosis, pero pacientes con cáncer enfrentaron mayor riesgo — La edad promedio fue 72 años, y el 82% eran mujeres. La mayoría recibió tratamiento para osteoporosis, pero un 13% tenía diagnóstico de cáncer. El riesgo de MRONJ fue mucho mayor en quienes usaron los fármacos para pérdida ósea por cáncer.
- Las tasas de MRONJ fueron cinco veces mayores en usuarios de denosumab que de bifosfonatos — En dosis bajas, el riesgo aumentó cinco veces más con denosumab. En dosis altas, la diferencia se mantuvo.
- Los corticosteroides empeoraron el problema, multiplicando el riesgo hasta seis veces — Combinarlos con antirresortivos aumentó drásticamente el peligro de enfermedad en la mandíbula.
- Los hombres, especialmente con cáncer, tuvieron peores resultados — Los pacientes masculinos en terapias de alta dosis desarrollaron MRONJ con más frecuencia. La diferencia en higiene bucal podría explicar esta brecha.
El riesgo se acelera tras 5 años de uso
Cuanto más tiempo se toman estos medicamentos, mayor es la probabilidad de desarrollar necrosis en la mandíbula. Los usuarios de dosis altas mostraron un aumento notable en MRONJ después de cinco años de uso continuo.
- El denosumab detiene la reparación ósea de forma demasiado agresiva — Suprime una enzima clave para la regeneración, dejando al hueso incapaz de sanar.
- El método de administración también importó — Las inyecciones o vía intravenosa causaron más daño que las pastillas.
- Cambiar de un fármaco a otro aumentó el riesgo — Alternar entre bifosfonatos y denosumab duplicó la probabilidad de MRONJ.
La prevención es tu mejor defensa contra el daño en la mandíbula
Un artículo en Journal of International Society of Preventive & Community Dentistry propuso pautas para prevenir MRONJ en pacientes que toman antirresortivos o fármacos antiangiogénicos.
- Pacientes con cáncer en tratamiento intravenoso son los de mayor riesgo — Requieren un examen bucal completo antes de comenzar la terapia.
- Más del 50% de los casos de MRONJ empiezan tras extracciones dentales — Se recomienda estabilizar problemas dentales antes de iniciar fármacos.
- La mandíbula es vulnerable por su bajo flujo sanguíneo y exposición constante a bacterias — Una vez el hueso queda expuesto, la curación se vuelve casi imposible.
- La deficiencia de vitamina D, infecciones locales y supresión inmunológica empeoran el pronóstico — Interfieren con la regeneración ósea.
Evita los fármacos óseos: hay opciones más seguras
Si te han diagnosticado osteoporosis, es fácil sentir presión para tomar medicamentos como bifosfonatos o denosumab. Pero estos fármacos no solo frenan la pérdida ósea — apagan tu sistema natural de reparación.
Alternativas más seguras incluyen:
- Rechaza fármacos que bloqueen la reparación natural — Crean microfisuras que debilitan los huesos con el tiempo.
- Opta por escaneos REMS en lugar de DEXA — Evitan radiación y ofrecen mayor precisión.
- Nutre tus huesos con vitamina D, K2, magnesio y colágeno — Son esenciales para una formación ósea saludable.
- Entrena con restricción de flujo sanguíneo (BFR) — Fortalece huesos sin necesidad de peso excesivo.
- Mantén movimiento diario y alimentación rica en minerales — Prioriza verduras de hoja verde, lácteos de pastoreo y caldo de huesos.
Preguntas frecuentes sobre fármacos óseos y MRONJ
Q: ¿Qué es MRONJ?
A: Una condición donde el hueso de la mandíbula muere y no se cura, vinculada a fármacos como bifosfonatos y denosumab.
Q: ¿Quién tiene mayor riesgo?
A: Usuarios de denosumab en dosis altas, especialmente con cáncer o que combinan corticosteroides.
Q: ¿Cómo causan daño estos medicamentos?
A: Suprimen la remodelación ósea natural, impidiendo que la mandíbula repare lesiones menores.
Q: ¿Hay alternativas más seguras?
A: Sí, como optimizar nutrientes, usar REMS en vez de DEXA, y métodos de entrenamiento adaptado como BFR.