Más de 100 grupos de ayuda han acusado a Israel de obstruir la entrada de asistencia vital a Gaza, lo que ha dejado grandes cantidades de suministros humanitarios varados en almacenes de Jordania y Egipto mientras más palestinos mueren de hambre.
Los camiones con ayuda se han acumulado en las fronteras de Gaza debido al bloqueo israelí en la zona afectada por la hambruna. Israel está aplicando nuevas normas para negar el ingreso de alimentos, medicinas, agua y refugios temporales, según denunciaron los grupos en un comunicado conjunto publicado el jueves.
“A pesar de las afirmaciones de las autoridades israelíes de que no hay restricciones para la ayuda humanitaria en Gaza, la mayoría de las grandes ONG internacionales no han podido ingresar ni un solo camión con suministros desde el 2 de marzo”, señalaron los grupos.
“En lugar de resolver la creciente escasez, las autoridades israelíes han rechazado solicitudes de decenas de ONG para entregar ayuda, argumentando que ‘no están autorizadas’”, indicaron las organizaciones, entre ellas Médicos Sin Fronteras (MSF) y Oxfam.
Israel ahora exige a las ONG con décadas de trabajo en Gaza que cumplan nuevas “normas de registro”, incluidos controles de “seguridad”, para poder operar.
Los hospitales en Gaza carecen de insumos básicos, y niños, ancianos y personas con discapacidad “mueren de hambre y enfermedades prevenibles”, agregó el comunicado.
Bushra Khalidi, de Oxfam, declaró que su organización tiene más de $2.5 millones en suministros bloqueados por Israel.
Aitor Zabalgogeazkoa, coordinador de MSF en Gaza, afirmó que las restricciones forman parte de un sistema militarizado de distribución, encabezado por el polémico GHF.
“Este esquema ha agravado el hambre y la violencia. Las distribuciones del GHF han causado muertes, incluso de mujeres y niños que buscaban comida”, dijo Zabalgogeazkoa.
Al menos 859 palestinos han muerto intentando obtener ayuda cerca de los puntos del GHF desde mayo.
Las ONG firmantes exigen presión internacional para que Israel termine su “bloqueo burocrático” y permita el acceso irrestricto de ayuda.
Amichai Chikli, ministro israelí, advirtió que rechazarán a ONG que “deslegitimen a Israel”, como las que apoyan el movimiento BDS.
La protesta coincide con una nueva ofensiva israelí en Gaza, que podría desplazar a un millón de personas hacia el sur.
La operación ha generado condena global, con advertencias de la ONU sobre sus catastróficas consecuencias.
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