Los Mejores Destinos para Jubilarse en el Extranjero

Si la idea de cambiar los inviernos grises por cielos azules y un ritmo de vida más pausado te resulta tentadora, no estás solo en absoluto. Cada año, miles de europeos se plantean seriamente pasar su jubilación más allá de sus fronteras nacionales – y el último ranking «Paraíso de Jubilación» 2025 de Retraite Sans Frontières muestra exactamente dónde están cuajando esos sueños.

Ya en su duodécima edición, el estudio compara países utilizando doce criterios prácticos de estilo de vida que importan más a los jubilados: costo de vida, precios de la vivienda, clima, asistencia médica, gastronomía, seguridad, infraestructuras, accesibilidad, ocio, medio ambiente, vida cultural y facilidad de integración. Se combinan datos públicos con informes de expatriados jubilados ya establecidos en el extranjero, ofreciendo así perspectivas basadas en la realidad cotidiana y no en folletos turísticos idílicos.

El resultado? Una mezcla de comfort europeo y aventura exótica, con opciones para todo tipo de jubilado.

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El sur de Europa sigue marcando el estándar

Portugal vuelve a ocupar cómodamente el primer puesto en la lista de 2025. Para muchos jubilados, representa el equilibrio perfecto: un mayor poder adquisitivo que en la mayoría de Europa Occidental, manteniendo un estilo de vida familiar y reconfortantemente “europeo”. Ciudades seguras, excelente gastronomía, inviernos suaves y un ritmo de vida relajado completan su atractivo.

Puede que Portugal no ofrezca los precios ultrabaratos de ciertas zonas de Asia o el norte de África, y su sistema público de salud tiene fama de ser lento, pero en general sigue proporcionando lo que la mayoría de los jubilados buscan: confort, estabilidad y sencillez.

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España, en segundo lugar, sigue siendo una opción evidente para quienes desean permanecer geográficamente cerca de su familia. Aunque el coste de la vida no es drasticamente más bajo que en muchos países europeos, aún existen oportunidades inmobiliarias a nivel regional, especialmente fuera de las grandes urbes. Las similitudes culturales, las infraestructuras modernas y un sistema sanitario comparable en líneas generales al de Francia o Alemania mantienen su popularidad.

La medalla de bronce es para Grecia, que continúa seduciendo a los jubilados con su sol, paisajes insulares y su despreocupado estilo de vida mediterráneo. Más allá del romanticismo, Grecia también atrae gracias a ventajas fiscales para pensionistas del sector privado. No obstante, dominar el idioma griego puede suponer un desafío para los recién llegados, y las infraestructuras pueden ser limitadas en las islas más pequeñas, particularmente en lo que respecta a hospitales y aeropuertos.

Persiguiendo el sol más lejos

Para los pensionistas dispuestos a aventurarse más allá, Tailandia ocupa el cuarto puesto, ofreciendo un estilo de vida completamente distinto. Conocida por sus playas tropicales, ricas tradiciones culturales y un coste de vida notablemente bajo, atrae a jubilados deseosos de estirar su pensión. Dicho esto, riesgos sanitarios como el dengue, fenómenos meteorológicos imprevisibles y cierta inestabilidad política impiden que Tailandia ascienda más en la clasificación.

Marruecos, en quinta posición, cumple con muchos de los requisitos para los europeos: proximidad, el francés ampliamente hablado, hospitalidad, inviernos suaves y un sistema fiscal ventajoso. Combinado con su encanto arquitectónico y cultura vibrante, el país ofrece un gran atractivo. Su punto débil sigue siendo un sistema de salud pública con recursos insuficientes y una percepción negativa influida por la inestabilidad regional.

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Justo detrás se sitúa Túnez en el sexto lugar. A menudo descrito como un “tesoro tranquilo del Magreb”, Túnez sigue atrayendo a los jubilados con su asequible costo de vida, clima soleado, entorno francófono y cercanía a Europa. La burocracia administrativa y la incertidumbre política son los mayores obstáculos mencionados por los expatriados.

Evasión insular y sueños transoceánicos

Mauricio reclama el séptimo puesto, manteniendo su reputación de refugio insular pacífico, con estabilidad política, calor durante todo el año y playas de postal. Sin embargo, las restricciones a la inversión para extranjeros que compran propiedades y las preocupaciones medioambientales vinculadas a la erosión costera siguen siendo motivo de inquietud.

En octava posición se encuentra Senegal, elogiado por ofrecer una experiencia cultural inmersiva lejos del turismo masivo. Los jubilados se sienten atraídos por el estilo de vida apacible, las tradiciones preservadas y los paisajes pintorescos. No obstante, las infraestructuras limitadas y ciertas preocupaciones de seguridad cerca de algunas áreas fronterizas frenan su ascenso en el ranking.

Bali se posiciona en noveno lugar, desde hace tiempo favorito tanto de viajeros como de expatriados creativos. La isla deslumbra con sus volcanes activos, arrozales en terrazas y puestas de sol dramáticas. Su bajo costo de vida, animada vida nocturna y la famosa amabilidad de su población local la hacen atractiva para jubilados aventureros. Pero el masivo exceso de turismo, la contaminación ambiental y los riesgos volcánicos y sísmicos, unidos a la gran distancia desde Europa, contienen a Bali.

Completando el Top 10 está la República Dominicana. Muy conocida entre los jubilados por zonas como Las Terrenas, ofrece un fácil acceso a servicios de estilo europeo, incluyendo clínicas, restaurantes y comercios adaptados a los residentes. Sin embargo, la ausencia de un convenio fiscal con muchos países y la vulnerabilidad a huracanes y terremotos siguen siendo desventajas significativas.

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No existe el paraíso perfecto – Sólo la elección personal

El ranking de 2025 confirma una vez más una verdad simple: no existe un único destino de jubilación perfecto. Algunos jubilados priorizan la proximidad a la familia, otros buscan el ahorro, y muchos no desean nada más que sol y tranquilidad.

Desde la reconfortante familiaridad de Portugal o España hasta la promesa exótica de Tailandia y Bali, la jubilación en el extranjero es en última instancia una cuestión de adecuación al estilo de vida. Lo que importa es equilibrar los sueños con las realidades – el acceso a la sanidad, las infraestructuras, la seguridad y la estabilidad legal pesan tanto como las vistas desde el balcón.

Ya sea disfrutando de un vino verde en el Algarve o contemplando cómo el sol se oculta tras el horizonte caribeño, una cosa es segura: para los europeos dispuestos a mirar más allá de sus fronteras, la jubilación nunca había ofrecido tantas posibilidades.