Los comentarios llegan en el punto más alto de las tensiones entre el poder judicial y el resto del gobierno.
El ministro de Justicia, Yariv Levin, dijo que el gobierno estaba "ejecutando la voluntad del pueblo" al continuar impulsando la reforma judicial, una legislación polémica que dividió al país antes del 7 de octubre y que ahora avanza junto con la guerra entre Israel y Hamás, junto con todos los problemas que trae.
Estas declaraciones surgen cuando la tensión entre el poder judicial y el gobierno está en su máximo. El último bloqueo legal fue impuesto por la asesora legal general, Gali Baharav Miara, contra el despido del jefe del Shin Bet, Ronen Bar, ordenado por el primer ministro Benjamin Netanyahu. Ella consideró que la medida era ilegal e inapropiada.
Levin habló durante una protesta de derecha frente al edificio de la Corte Suprema en Jerusalén el jueves por la noche, a la que asistieron decenas de miles de personas.
Entre los funcionarios presentes estaban el ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi (Likud); el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir (Otzma Yehudit); el ministro de Educación, Yoav Kisch (Likud); el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich (Partido Sionista Religioso); y el ministro de Patrimonio, Amichai Eliyahu (Otzma Yehudit).
PROTESTA por la REFORMA JUDICIAL en 2023: "No muestras amor por tu país abandonándolo, sino luchando por cambiarlo" (Foto: CORINNA KERN/REUTERS)
La razón de la reforma judicial
Karhi declaró: "Estar a merced de Isaac Amit (presidente de la Corte Suprema) y Gali Baharav-Miara no es democracia. ¡La mayoría manda!"
Y añadió: "Estamos aquí para decirle a la Corte Suprema y al poder judicial en general: ¡No! No al control de la mayoría por una minoría… La democracia se decide en las urnas, no en los pasillos de la Corte, y ellos (el poder judicial) quieren volverlas irrelevantes, vaciando al Estado de su esencia judía."
Levin concluyó: "Estamos aquí por el pueblo, no contra él. Queremos un Estado democrático y judío. El pueblo decide, no ustedes."