Mallorca, tradicionalmente conocida por sus playas y paisajes, ha escalado posiciones en el mercado del vino gracias a bodegas centenarias y nuevos productores prometedores comprometidos con la calidad e innovación en cada botella. Uno de los grandes fuersas de la isla es su extraordinaria diversidad de vinos. Gracias a microclimas variados, suelos únicos y el compromiso con variedades autóctonas como el manto negro o el prensal blanc, ofrece tintos robustos, blancos aromáticos y rosados frescos que están conquistando guías especializadas y competiciones fuera de España.
Existe una amplia oferta para los amantes del vino, y la Inteligencia Artificial tiene sus favoritos. Al preguntarle cuál es el mejor vino de Mallorca, esta es su respuesta para los tintos: en lo más alto está el Son Prim Sirá 2020, que recibió el máximo galardón en el concurso internacional Syrah du Monde 2023. Producido por Jaime Llabrés Cladera, esta syrah es ya un imprescindible en catas y restaurantes de alta gama.
Junto a él, en segundo lugar para la IA, está el ÀN 2022 de Ànima Negra, que sigue conquistando paladares con su carácter complejo, consolidándose entre los mejores tintos mallorquines. El tercer puesto es para el 12 Volts 2022 de 4 Kilos Vinícola, un vino que destaca por su explosión aromática y la personalidad que aporta a las nuevas tendencias vinícolas de la isla. Su filosofía innovadora ha sido clave en la revalorización de variedades locales y un firme compromiso con prácticas más sostenibles.
Blancos vibrantes y rosados irresistibles
En el segmento de vinos blancos mallorquines, la IA resalta el Quíbia 2023 de Ànima Negra, que ha recibido elogios en publicaciones especializadas por su frescura y elegancia. Este vino es fruto de un trabajo meticuloso con variedades autóctonas y representa la nueva sofisticación del vino blanco balear. Entre los rosados, sobresale el Rosa de Mar 2023 de la bodega Terramoll por su perfil equilibrado e intensa frutosidad, características que lo han posicionado como uno de los mejors rosados mallorquines actuales.
El impacto de los vinos locales no sería el mismo sin premios internacionales. Ejemplo de ello es la bodega Macià Batle, que obtuvo cuatro medallas de oro en el Concours International de Lyon 2025, destacando etiquetas elaboradas con variedades mallorquinas. Además, su línea ecológica, V2 VITIS VITA, ha sido reconocida por su compromiso ambiental. A nivel regional, la Indicación Geográfica Protegida Vi de la Terra Mallorca fue nominada en los Premios Verema 2024 como mejor Consejo Regulador, subrayando el esfuerzo conjunto del sector por promocionar y prestigiar los vinos de la isla.
Turismo enológico
Visitar Mallorca también es adentrarse en su cultura vinícola. Algunas bodegas se han convertido en auténticos destinos para los amantes del enoturismo. La centenaria Macià Batle, fundada en 1856 y ubicada en Santa Maria, ofrece visitas a sus instalaciones y catas de vinos premiados, combinando historia y modernidad. Bodega Ribas, con más de 300 años de tradición en Consell, es parada obligada para quienes buscan descubrir la riqueza de las variedades autóctonas a través de experiencias que van desde talleres hasta catas guiadas. Otra opción destacable es Miquel Oliver en Petra, conocida por sus sugerencias de maridaje y raíces familiares, que permiten a los visitantes sumergirse en el proceso vinícola y la vida rural mallorquina.