Las Urgencias Están al Límite — Los Empleadores Tienen la Clave del Cambio

Una noche de julio de 1996, me desperté en el sofá con mi uniforme médico. Había colapsado después de un turno de 36 horas en la UCI. El estómago me rugía y fui a la cocina para prepararme algo de comer. En minutos, me corté la muñeca con un cuchillo grande de cocina. Recuerdo pensar: "¿Urgencias? ¿En julio? ¿Un viernes? No." En su lugar, limpié la herida, me suturé, puse tiritas y luego cené.

No me gusta ir al servicio de urgencias (SU) — para mí, es solo para emergencias reales. Aunque mi historia es un ejemplo extremo, quiero recalcar lo importante que es evaluar bien la situación y conocer las opciones de atención, sin importar la experiencia médica, el trasfondo o la edad.

Tras la pandemia, muchos seguimos yendo al SU incluso cuando no es el mejor lugar para el tratamiento. Desde una perspectiva generacional, los baby boomers y la Generación Z usan desproporcionadamente el SU cuando tienen alternativas más convenientes y económicas. Veamos por qué ocurre y cómo los empleadores pueden influir.

Una oportunidad para mejorar la educación en salud generacional

Ahora mismo, las visitas al SU han superado el crecimiento poblacional. Paralelamente, la mitad de los estadounidenses tienen bajo conocimiento sobre su cobertura médica. Juntos, boomers y Gen Z representan el 33% de la fuerza laboral, pero muchos no saben usar sus beneficios eficientemente, saturando un sistema ya al límite.

Los empleados de la Gen Z tienden a abusar del SU como solución rápida, especialmente en salud mental. Muchos ignoran lo que cubren sus beneficios y posponen chequeos. Los boomers tampoco lo hacen mejor: casi la mitad trabaja pasados los 70 o planea hacerlo. Esta generación no creció con opciones como urgencias leves o consultas virtuales, y por eso recurren al SU incluso teniendo alternativas.

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Dos generaciones con baja alfabetización en salud representan una oportunidad única para que los empleadores impulsen cambios sistémicos.

Dejando espacio para emergencias reales

Los costes médicos crecientes hacen que la gente evite o retrase tratamientos, aumentando visitas innecesarias al SU. En promedio, un asegurado paga $646 por una visita al SU y su empleador, $1807. Un estudio incluso sugiere que quienes tienen baja alfabetización en salud son más propensos a regresar en 14 días, duplicando los costos. Comparado con una copago de $26-$44 en atención primaria, la diferencia es abismal.

Usar el SU para no emergencias no es solo un tema de costos. En un sistema fracturado, siempre habrá quienes realmente lo necesitan: personas sin hogar, beneficiarios de Medicaid o quienes sufren eventos graves como infartos o crisis psicológicas. Con una población envejecida usando más el SU, el sistema se resquebraja. Los empleadores pueden aliviar esta presión educando a quienes tienen otras opciones.

Educar empleados para un mejor uso de la salud

Los empleadores pueden enseñar cuándo usar el SU y, más importante, cómo aprovechar sus beneficios. Esto incluye guiar a la Gen Z en su primer seguro y recordar a los boomers cómo manejar condiciones crónicas.

Una comunicación proactiva puede ayudar mediante:

  • Fomentar un médico de cabecera: Asegurar que los empleados tengan un proveedor para chequeos anuales, análisis y recetas. Esta relación impacta positivamente en salud a largo plazo.
  • Educar sobre alternativas: Urgencias leves y telemedicina suelen ser más baratas y rápidas que el SU.
  • Recursos en línea: Herramientas para encontrar médicos o estimar costos, presentadas desde la onboarding.

    Usar el SU para no emergencias cuesta más que muchos préstamos estudiantiles y tensiona el sistema. Empresas que cierren brechas de conocimiento pueden crear una fuerza laboral más sana y aliviar el SU. Las urgencias siempre estarán ahí, pero hay que promover salud accesible, no solo pagar facturas caras.

    Imagen: Ekspansio, Getty Images

    El Dr. Jeff Jacques, director médico de Personify Health, es un líder con 20+ años de experiencia en soluciones de salud personalizadas. Su trayectoria incluye roles en CVS Health/Aetna y la creación de CareTribe, plataforma para cuidadores (adquirida por Cleo). Formado en Medicina Interna en el Mount Sinai de NYC, su motivación nace de sus propias frustraciones con el sistema sanitario.

    Este artículo forma parte del programa MedCity Influencers. Cualquiera puede publicar su perspectiva en MedCity News. Más información aquí.

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