Las aguas se reabren a los nadadores tras un siglo de prohibición

Thomas Mackintosh
BBC News
Reuters

Ahora hay tres zonas designadas en París para nadar en el Sena.

El río Sena en París ha reabierto al público para bañistas por primera vez desde 1923, después de una prohibición de un siglo.

Esta apertura estacional se considera un legado clave de los Juegos Olímpicos de París 2024, cuando nadadores de aguas abiertas y triatletas compitieron en sus aguas, que fueron especialmente limpiadas para el evento.

El sábado por la mañana a las 08:00 (hora local), unas decenas de nadadores llegaron antes de la apertura y se lanzaron al agua cuando pudieron.

Hay tres áreas designadas para nadar en el Sena: una cerca de la Torre Eiffel, otra cerca de la Catedral de Notre Dame y una tercera al este de París.

Las zonas tienen vestuarios, duchas y muebles estilo playa, con espacio para hasta 300 personas.

Hasta finales de agosto, los tres sitios estarán abiertos gratis en horarios establecidos para mayores de 10 o 14 años, según la ubicación.

También habrá salvavidas vigilando a los bañistas.

La promesa de levantar la prohibición se remonta a 1988, cuando el entonces alcalde de París (y futuro presidente) Jacques Chirac impulsó la idea.

Las mejoras de los últimos 20 años ya redujeron drásticamente las bacterias fecales en el río.

Durante 100 años, nadar estuvo prohibido por la contaminación que podía enfermar a la gente.

Antes de los Juegos Olímpicos, se invirtieron más de 1.400 millones de euros para limpiar el Sena.

Pero, antes de los juegos, hubo dudas sobre si el río estaría listo, ya que falló pruebas de calidad del agua.

LEAR  Los tribunales de la UE buscan a científicos internacionales, pero ¿es Europa lo suficientemente atractiva?

Los organizadores culparon a las lluvias por el aumento de contaminación, lo que afectó el entrenamiento de atletas de triatlón y natación.

En julio pasado, la alcaldesa Anne Hidalgo y otros miembros del comité olímpico se metieron al Sena para demostrar que era seguro nadar.

El verano pasado, el corresponsal de la BBC Hugh Schofield fue uno de los que se bañó en el Sena.