A menudo, cuando asisto a ferias de audio de alta gama, mi mente se va a las casas que podría haber tenido… ya sabes, si realmente hubiera triunfado. El loft en Manhattan con un sistema genial para guardar vinilos; la casita secreta en las montañas de Asturias, al norte de España; la cabaña en Cornualles donde guardaría mi tabla de surf. En mi mente, equipaba todas estas propiedades imaginarias con altavoces impresionantes, amplificadores de válvulas y tocadiscos que parecen de otro mundo. Y entonces suspiro hondo, un suspiro de cansancio. Porque, seamos sinceros, eso nunca va a pasar, ¿verdad?
Pero en el Salón del Audio de París me siento diferente. Aquí, por primera vez en un evento así, me doy cuenta de que no necesito esas cosas. Y no es porque no haya enormes torres de altavoces, grandes medidores VU y esferas sonoras de otro mundo para desear, todo lo contrario. No, es porque recuerdo que yo viví aquí, en Porte Maillot, a menos de veinte pasos del Palais des Congrès donde se celebra el salón, y que una vez bailé en un cabaret parisino mundialmente famoso (que no puedo nombrar por un contrato de por vida, pero sepan, queridos lectores, que fui solista).
¿Por qué les cuento todo esto? Porque apenas dos días después de recibir mi primer sueldo en ese trabajo, uno de los clavos en la pared de mi pequeño apartamento en el séptimo piso de la Rue de Dardanelles se convirtió en el soporte de los auriculares más caros que pude comprar. Eso fue importante, porque el apartamento era demasiado pequeño para un armario, así que alguien había optado por clavar cinco clavos grandes en la pared para colgar la ropa. Y aún así, al día siguiente, yendo en metro con mis auriculares puestos, sentí que había triunfado.
Mientras recorro las salas del Salón del Audio de París, le señalo un enorme par de altavoces electrostáticos y le digo bromeando a un asistente: "¿Hay algún apartamento en París lo suficientemente grande para estas cosas, no?". Él se ríe: "El mío desde luego que no". D’accord, monsieur, d’accord. Pero incluso en mi pequeño piso en Porte Maillot, logré encontrar un lugar especial para unos auriculares que me hicieron sentir como una reina.
Así que vamos a ver cuatro pares de auriculares nuevos y excelentes que seguramente hubieran estado en mi lista si el 2011 fuera en realidad 2025. Los escuché todos en el salón, y aunque nada de lo que diga aquí debe considerarse una reseña (solo tuve unos 10 minutos con cada uno), estoy dispuesta a dar mi opinión y compartir mis primeras impresiones. ¿Qué puedo decir? París me pone así, me hace sentir joven.
Y créanme cuando les digo que explorar una ciudad nueva llevando puesto algunos de los mejores auriculares que puedes permitirte… eso te hará sentir que has triunfado.
1. Yamaha YH-C3000
Los YH-C3000, de diseño cerrado, se presentaron en septiembre junto con un modelo de diseño abierto (si los viste en la foto principal y solo te interesan esos, sigue bajando, amigo). Los transductores aquí son diafragmas triples hechos de Zylon, que es el mismo material que Yamaha usa en los transductores de sus altavoces más importantes.
Estas unidades están ventiladas en la parte posterior e incluyen una malla reforzada en forma de Y patentada. Las cúpulas están hechas de madera de haya, similar a la que se usa en los pianos de cola de Yamaha; las que vi eran de un marrón profundo y muy bonito. Al ser ligeras y rígidas, la haya debería dar como resultado un sonido más natural y preciso.
Qué pueden esperar: un mecanismo de extensión silencioso, comodidad y un sonido claro y preciso en los medios agudos y los agudos. Me parecieron capaces de revelar textura adicional en las respiraciones de Je Joue de la Guitare de Jean le Loup (un archivo Flac decente reproducido desde Qobuz, pero directamente desde una Galaxy Tab A7 Lite sin más amplificación). ¿Se acerca a la experiencia de unos auriculares abiertos con un diseño cerrado? Necesitaría mucho más tiempo, pero la presentación expansiva y la entrega por capas no están muy lejos, e incluso por 1.699 dólares (unos 1.256 euros) parecen valer la pena cuando los tienes puestos. Si no se quedan con nada más de este artículo, me gustaría que probaran estos auriculares. Por favor.
2. Meze Audio 99 Classics (2ª Generación)
La marca rumana de audio de alta gama Meze Audio está celebrando los 10 años de su creación más icónica, los 99 Classics, con un modelo renovado de segunda generación (llamado 99 Classics 2nd Generation) que se lanzó el 29 de octubre. Pero aquí estoy yo, probándolos junto a su hermano mayor.
Presentados por primera vez en 2015, los 99 Classics se convirtieron en un favorito de la industria por su sonido cálido y expresivo a un precio no muy alto. Y para Meze, 10 años requieren "10 mejoras significativas" para producir un nuevo modelo que mantiene la estética clásica de madera de nogal mientras introduce lo que Meze Audio llama una "afinación equilibrada y más neutral", mejoras en la ingeniería acústica, un DAC/amplificador USB-C y un embalaje completamente reciclable. No está nada mal por 349 euros, ¿eh?
Qué pueden esperar: auriculares más grandes y acogedores, y conectores de entrada de mayor diámetro (7mm). La calidad de la madera sin barnizar es muy táctil y el hardware de zinc con acabados dorados, junto con el cuvegano, crean una construcción que se siente más cara de lo que es. El nuevo sistema de almohadillas (que se sujetan en seis puntos para mayor consistencia y fácil reemplazo) también es un buen detalle. En cuanto al sonido, mientras que el primer par tenía una firma sonora en V (donde los agudos y los graves se acentúan ligeramente para darle diversión y emoción), este nuevo modelo trata sobre neutralidad, amplitud y fidelidad a las grabaciones originales. Lo que a uno le gusta es lo que le gusta, y las recetas sónicas en V han demostrado ser muy populares para el oído humano, pero una vez que sabes que la firma sonora está siendo alterada, puede que quieras escucharla sin cambios. Y estos auriculares lo hacen de manera enfática.
3. Audio-Technica ATH-ADX7000
Cubrimos el lanzamiento de estos enormes auriculares del especialista japonés en cápsulas, auriculares y tocadiscos hace solo tres días; son así de nuevos. Así que si quieren una evaluación más detallada de sus entrañas, la tenemos. Pero por ahora, sepan que son los auriculares abiertos más avanzados de la compañía, con nuevos transductores HXDT de 58 mm (sí, 58 mm), una construcción de aleación de aluminio y magnesio en panal y, lo diré sin rodeos, un precio de 3.499 dólares (unos 2.600 euros).
Algo frustrante, no conseguí una buena foto de mi cabeza (relativamente pequeña) con estos auriculares grandes, y como se pueden imaginar, los ATH-ADX7000 fueron la sensación de la feria, así que mi tiempo con ellos fue un poco limitado. Así que, por favor, acepten esta foto de mi colega Kob para que se hagan una idea de lo impresionantes y formidables que se ven cuando se llevan puestos.
Qué pueden esperar: por suerte, pude escucharlos conectados a Dark Side of the Moon en vinilo (siempre es bueno escuchar álbumes que conoces y amas para apreciar el sonido inicial de unos auriculares) y Time casi me hizo llorar, y no solo porque era uno de los favoritos de mi madre. Los carillones, tictacs y campanas eran cristalinos, como artículos sónicos que se pudieran tomar de un estante; el bajo eléctrico era aún más oscuro y siniestro de lo que recordaba, mientras que las notas de percusión emergían del abismo con un impacto y agresión extra. Ronda lo cálido (y no solo por el vinilo), pero en cuanto a detalle, el sonido del que son capaces estos auriculares es muy adictivo.
Yamaha YH-4000
Con un precio de 2.499 dólares (unos 1.849 euros), los muy nuevos YH-4000 son básicamente una versión más asequible de los increíbles (e increíblemente caros) auriculares YH-5000SE que Yamaha lanzó en 2022 con un precio que te saca los ojos. Así que sí, son una alternativa a la mitad de precio que aún incluye una cantidad sorprendente de arquitectura acústica flagship muy similar de Yamaha.
Los auriculares abiertos YH-4000 cuentan con la última versión de los transductores "ortodinámicos" de la compañía, y en caso de que aún no los conozcan, permítanme presentárselos: son los transductores de magnetismo planar que Yamaha ha estado perfeccionando desde que los lanzó por primera vez en los años 70. Esta vez, se ha eliminado el material absorbente de sonido de los YH-5000SE y los nuevos auriculares se han ajustado para lograr lo que Yamaha llama "un sonido único, receptivo, natural y preciso".
Qué pueden esperar: una escena sonora directa, reveladora y muy franca. La estética llamativa de estos auriculares se parece casi a un primer plano extremo de la cabeza de un insecto volador, y cuando se usan, su ligereza y frescura, incluso cubriendo mis orejas, hace que pudiera llevarlos puestos durante horas. Tampoco noté tanta fuga de sonido como la que se obtiene de algunos diseños abiertos. ¿Qué escuché? Las teclas elevadas, el triángulo y los platillos tridimensionales en Couleur Menthe a L’Eau de Eddy Mitchell, y una interpretación vocal que se deleita en transmitir la voz de Mitchell, celebrando cada inflexión adicional y cada letra ligeramente sombría en esta, su dernière séance.