La Agencia Humanitaria de la ONU (OCHA) alertó que las enfermedades prevenibles en Gaza están aumentando y cobrando vidas civiles debido a la falta desesperada de medicinas y agua potable.
En un comunicado del jueves, OCHA señaló que en las últimas dos semanas se reportaron “más de 19.000 casos de diarrea aguda, junto con más de 200 casos de síndrome ictérico agudo y diarrea hemorrágica”.
“Estos brotes estan directamente relacionados con la escasez de agua limpia y saneamiento en Gaza, evidenciando la urgente necesidad de combustible, insumos médicos y artículos de higiene para evitar un colapso total del sistema sanitario”, agregó la agencia.
El bloqueo israelí al ingreso de combustible en Gaza ha paralizado las plantas desalinizadoras y la red hídrica del territorio.
El ejército israelí ha arrasado gran parte de Gaza, desplazando a casi toda su población e imponiendo un asfixiante sitio. Pese a las pésimas condiciones humanitarias, las fuerzas israelies continúan matando diariamente a decenas de palestinos en Gaza.
Organismos de derechos humanos y expertos de la ONU han calificado la ofensiva israelí como genocida.
Según OCHA, más de 20 personas fallecieron y 70 resultaron heridas tras un bombardeo en Deir al-Balah, centro de Gaza.
Fuentes médicas informaron a Al Jazeera que los ataques israelíes mataron al menos a 71 personas en Gaza ese jueves.
Desde que inició la guerra israelí contra Gaza en octubre de 2023, al menos 56.259 personas han muerto y 132.458 han sido heridas, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Tras bloquear por más de dos meses la entrada de ayuda esencial, Israel anunció en mayo que permitiría el reingreso de asistencia al enclave.
Sin embargo, debido a las restricciones israelíes, el volumen de ayuda ha sido ínfimo, calificado por las agencias como “una gota en el océano”.
La mayoría de la ayuda permitida ha sido canalizada por ONGs israelíes como la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), acusada por organismos independientes de ser un instrumento político.
El miércoles, el primer ministro Netanyahu y su ministro de Defensa Katz ordenaron al ejército diseñar un nuevo plan de distribución de ayuda, tras circular imágenes no verificadas de hombres encapuchados junto a camiones en Gaza.
Mientras Israel los acusó de ser miembros de Hamás, líderes locales palestinos afirmaron que eran civiles protegiendo los suministros del saqueo.
Varios funcionarios de la ONU han desmentido las acusaciones israelíes sobre robo de ayuda por Hamás. El mes pasado, Israel reconoció haber armado a grupos criminales involucrados en el pillaje para debilitar a Hamás.
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