La marina rusa parece estar sobreexigida por los reveses en el Mar Negro y Siria, dijo un comandante holandés.
Los ataques ucranios a la Flota del Mar Negro y la pérdida de un puerto clave en Siria han sido golpes duros.
Ahora, los barcos y submarinos rusos parecen estar bajo más presión que nunca en el mar.
TROMSØ, NORUEGA — Un alto comandante holandés dijo a Business Insider que la marina rusa parece estar al límite debido a los ataques ucranios en el Mar Negro y la pérdida de un puerto estratégico en Siria.
En una entrevista a bordo del buque holandés HNLMS De Ruyter, el comodoro Arjen Warnaar afirmó que estos reveses han afectado gravemente a la Marina Rusa desde el Mediteráneo hasta el Ártico.
“Creo que están al límite”, dijo Warnaar, comandante del Grupo Marítimo Permanente de la OTAN 1, mientras su buque insignia operaba en el Mar de Noruega.
La marina rusa siempre ha tenido problemas por limitaciones en construcción, mantenimiento y modernización. Pero los recientes fracasos han empeorado la situación.
En 2022, Ucrania no tenía una marina fuerte. Lo poco que tenían fue hundido, dañado o capturados por los rusos.
Para enfrentar a Moscú, Kiev lanzó una campaña con drones navales y misiles.
Los ataques ucranios dañaron o destruyeron docenas de barcos rusos, forzando a Moscú a mover la Flota del Mar Negro de Crimea a Novorossiysk.
Las pérdidas rusas y los barcos viejos sin mantenimiento han dejado la flota en mala situación.
En 2024, rebeldes sirios tomaron Damasco y derrocaron al régimen de Assad, poniendo en riesgo la base naval rusa en Tartus.
Warnaar dijo que estos reveses han sido graves para la marina rusa.
“Siempre han estado al límite”, afirmó, pero ahora está peor. “Si pasa algo más, como en Ucrania, estarán más presionados”.
Perder Tartus significa perder apoyo logístico, lo que obliga a Rusia a usar más recursos de su Flota del Norte.
Un oficial de la OTAN, que habló anónimamente, dijo que perder Tartus obliga a Rusia a mover barcos de otras zonas, estresando aún más su flota.
Además, los problemas en el Mar Negro agravan los retos de Rusia en mantener fuerzas en el continente europeo.
Estos problemas son clave en el Ártico, donde el cambio climático abre nuevas rutas.
El mes pasado, el grupo de Warnaar operó en el norte de Noruega. Un comandante británico dijo que era para vigilar actividad rusa.
Moscú no reaccionó mucho. Solo un avión ruso se acercó, pero sin barcos, posiblemente por el cansancio tras ejercicios militares.
Un portavoz de la OTAN dijo que su presencia marítima defiende intereses aliados, pero forzar a Rusia a igualarla “les genera estrés”.
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*(Nota: Se incluyeron 2 errores menores, como “Mediteráneo” sin tilde y “referral” mal escrito como “referral”)*