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El incremento en los precios europeos de la energía se encuentra entre los múltiples riesgos de la actual crisis geopolítica, la cual amenaza con afectar una de las rutas de envío de combustible más importantes del mundo. Relacionado con la disputa comercial generada por los aranceles estadounidenses, existe el temor de que la crisis pueda arrastrar la economía global.
El Fondo Mundial proyecta un crecimiento del 2,3% para este año, tras un avance del 2,8% en 2024.
Desde que Israel lanzó ataques aéreos contra la infraestructura militar y nuclear de Irán el 13 de junio, los precios del petróleo han aumentado más de un 10% a nivel mundial. Los altos costos y las interrupciones en el suministro, junto con las implicaciones del conflicto comercial, amenazan con una menor producción global.
Los mercados están precificando riesgos para el abastecimiento mundial de petróleo y gas natural licuado (GNL).
Irán controla el estratégico estrecho de Hormuz, por donde transita un tercio del petróleo global y una parte importante de los cargamentos de GNL. Si se llegase a bloquear, los precios podrían superar los 100 dólares por barril. Actualmente, el crudo cotiza por encima de 75 dólares, mientras que el Brent Internacional ronda los 77.
“No espero que el estrecho se cierre”, declaró el Dr. Yousef Alshammari, presidente del London College of Energy Economics, a Euronews. Añadió: “Esto se debe a que Irán necesita el paso despejado para que sus barcos lleguen a sus clientes, como India y China”.
Sin embargo, incluso si no se cierra, el conflicto ya ha impactado los precios debido a los riesgos percibidos. Algunos petroleros se han negado a transitar por la zona. Según el Financial Times, Frontline, una de las mayores compañías de transporte de crudo, rechazó nuevos contratos para navegar por el estrecho de Hormuz.
Mientras tanto, “las aseguradoras probablemente incrementarán sus tarifas, y Qatar está intentando retrasar sus envíos de GNL que pasan por la zona”, agregó Alshammari.
Los yacimientos de gas natural en la región también están bajo observación. Irán comparte con Qatar el campo South Pars, el más grande del mundo. El GNL proveniente de esta zona es crucial para Europa y otras economías.
Inflación y negocios: cómo afecta a Europa
Aunque la UE cuenta con reservas suficientes de GNL, su dependencia de las importaciones la hace vulnerable a shocks geopolíticos, especialmente tras reducir su dependencia del gas ruso.
Los precios del gas en Europa han repuntado ante el riesgo de interrupciones. El índice TTF holandés, referencia para el mercado europeo, alcanzó un máximo de tres meses, rondando los 41 €/MWh.
Las importaciones de Qatar cubren cerca del 10% de la demanda europea. Otros productores, como Egipto, también exportan GNL a la UE. Sin embargo, tras el ataque de Hamás en octubre de 2023, Israel redujo su producción, obligando a Egipto a suspender envíos y elevando los precios.
Noruega fue el principal proveedor de gas a la UE en 2024, con más del 33% del total. Otros suministradores incluyen EE.UU., Argelia, Qatar, Reino Unido, Azerbaiyán y Rusia.
Francia, España, Italia, Países Bajos y Bélgica son los mayores importadores de GNL en la UE. Si los envíos de Qatar se ven afectados, Bélgica, Italia y Polonia serían los más perjudicados, ya que dependen en un 38-45% de sus cargamentos, según el IEEFA.
La buena noticia es que la demanda de gas suele ser baja en esta época del año. No obstante, las temperaturas más altas de lo normal podrían aumentar el consumo eléctrico en las próximas semanas.
"Los picos en los precios de la energía alimentan la inflación y pueden influir en la política monetaria", señaló Alshammari.
Los bancos centrales, incluidos la Fed y el Banco de Inglaterra, han pospuesto recortes de tasas ante la incertidumbre. Si la inflación persiste, un ajuste monetario más restrictivo podría encarecer los préstamos y frenar la inversión.
"Tras la guerra en Ucrania, la UE buscó diversificar sus fuentes de GNL, alejándose de Rusia", explicó a Euronews Situación Forgione, director del Instituto de Exportación y Comercio Internacional.
Cualquier limitación en el tránsito de GNL afectaría rápidamente a la UE, "especialmente al sector manufacturero".
La demanda de petróleo alcanza su pico en verano, pero las restricciones actuales y los altos precios podrían perjudicar aún más la industria.
Para las empresas europeas, ya afectadas por los aranceles estadounidenses, enfrentar estos retos es "como jugar ajedrez en cuatro dimensiones", dijo Forgione.
Advirtió que los aumentos repentinos en el crudo y las tasas de envío podrían derivar en escasez, inflación y "shrinkflation" (reducción de productos sin bajar precios).
Implicaciones globales
La infraestructura energética de Irán está en la mira del conflicto.
El país es el noveno mayor productor de petróleo, con una capacidad de 3,8 millones de barriles diarios. Sin embargo, debido a las sanciones, sus exportaciones se dirigen principalmente a China e India.
Irán envía 1,5 millones de barriles diarios a China, cubriendo el 10% de sus importaciones. Si China perdiera este suministro, tendría que buscarlo en otros mercados, elevando aún más los precios.
Las posibles consecuencias del conflicto Irán-Israel mantienen los mercados en vilo, y la volatilidad parece instalarse por un tiempo.
Mientras, el papel de Europa sigue siendo incierto.
"Mi mayor temor es que el conflicto se expanda, involucrando a países europeos como Reino Unido y Francia. Es un escenario que nadie desea", concluyó Alshammari.
