Madeline Halpert
BBC Noticias, Nueva York
Getty Images
Miriam Haley ha testificado contra Weinstein en dos juicios por delitos sexuales en Nueva York
El miércoles, 12 jurados de Nueva York declararon culpable al desacreditado magnate del cine Harvey Weinstein por agredir sexualmente a Miriam Haley en 2006, después de que su previa condena por delitos sexuales en el estado fuera anulada el año pasado.
Cuando Miriam Haley escuchó la noticia el año pasado de que un tribunal de Nueva York había desestimado la condena por violación contra Harvey Weinstein, el hombre que ella ayudó a enviar a prisión cuatro años antes, quedó impactada.
En 2020, la señora Haley relató en un tribunal de Manhattan cada detalle de cuando Weinstein la agredió sexualmente en su apartamento de Nueva York en 2006.
Esta vez, planeaba rechazar a los fiscales, sin querer pasar por todo otra vez. Pero semanas antes del nuevo juicio, vio un enlace a un podcast que buscaba "exonerar" a Weinstein.
"Pensé: tengo que defenderme. Tengo que defender la verdad", dijo Haley a la BBC.
Ella fue una de tres mujeres que testificaron contra Weinstein durante el juicio de seis semanas, acusándolo de usar su poder como magnate de Hollywood para abusar de mujeres jóvenes.
El jurado lo declaró culpable solo del ataque a la señora Haley, lo absolvió en el caso de otra mujer y aún delibera sobre las acusaciones de una tercera.
"El veredicto me da esperanza… de que hay mayor conciencia sobre la violencia sexual y que el mito de la víctima perfecta se desvanece", dijo Haley fuera del tribunal.
En abril pasado, un tribunal anuló la previa condena de Weinstein, considerando que su primer juicio fue injusto al incluir testimonios fuera de los cargos oficiales.
En septiembre, el acusado de 73 años enfrentó un nuevo juicio por agresión sexual. Él se declaró inocente y sus abogados alegaron que sus acusadoras tuvieron relaciones consensuadas a cambio de oportunidades laborales.
Haley calificó esos argumentos de "insultantes", añadiendo que la negativa de Weinstein la motivó a seguir asistiendo al juicio.
Enfrentando a Weinstein otra vez
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Esta vez, Haley testificó durante cuatro días, tres más que en el primer juicio. Pudo mirar directamente a su agresor, quien estaba en silla de ruedas, a diferencia del primer juicio donde estaba oculto.
"¿Me sentiría intimidada? ¿O incluso pena por él?", se preguntó. "Pero cuando lo vi, no sentí nada".
Con Weinstein observando, Haley relató su primer encuentro en Francia en 2006. Fue a su hotel pensando en oportunidades laborales, pero él le pidió un masaje. Ella se negó y se fue llorando.
Mantuvieron contacto y Weinstein la ayudó a conseguir trabajo en Project Runway. Luego, aceptó ir a su apartamento en Nueva York, creyendo que hablarían de un estreno en Los Ángeles.
El 10 de julio de 2006, él la besó, la empujó a un dormitorio y la obligó a tener sexo oral. "No podía escapar. Entendí: esto es una violación", testificó.
Relatar esos detalles por segunda vez fue "agotador", dijo luego. "Es muy invasivo".
Un interrogatorio ‘ofensivo’
Durante el contrainterrogatorio, la abogada de Weinstein, Jennifer Bonjean, le preguntó quién le quitó la ropa. "Él lo hizo… Él me violó, no al revés", respondió Haley entre lágrimas.
"Eso lo decidirá el jurado", replicó Bonjean.
Haley consideró el comentario "irrespetuoso" y "profundamente ofensivo". "Sin importar el veredicto, a mí me pasó. Yo vivo con eso", dijo.
Otras acusadoras, como la actriz Jessica Mann y la modelo Kaja Sokola, también testificaron. El jurado absolvió a Weinstein del cargo relacionado con Sokola y aún delibera sobre Mann.
Weinstein ya cumple una condena de 16 años en California, donde más de 100 mujeres lo han acusado de abuso sexual.
Una ‘pequeña victoria’
Haley guardó silencio por años, como muchas víctimas. Superó el trauma reprimiendo los recuerdos, pero perdió confianza. "Ver cómo lo adulaban era humillante", contó.
Decidió hablar tras las acusaciones de otras mujeres, impulsando el movimiento #MeToo. Recibió amenazas, pero también mensajes de apoyo.
Para ella, la condena simboliza un cambio real. Ahora productora independiente en México, cree que este juicio cierra un capítulo doloroso.
"Mi sola presencia aquí es una pequeña victoria. No lo hice por mí, sino por la verdad y por otras mujeres", concluyó.
