Jeremy Bowen
editor internacional
Hace dos años, Hamas estaba ultimando los detalles de su plan para atacar a Israel. El primer ministro israeli Benjamin Netanyahu creía que los palestinos eran un problema a gestionar. La verdadera amenaza, insistió, era Irán.
La retórica de Netanyahu en oposicion a Hamas no se ha apagado, pero también había dado permiso para que Qatar enviara dinero a Gaza. Esto le daba espacio para sus verdaderas prioridades en política exterior: afrontar a Irán y encontrar una forma de normalizar las relaciones con Arabia Saudita.
En Washington, el entonces presidente Joe Biden y su administración creían que estaban cerca de conseguir un acuerdo entre los saudíes e israelíes.
Todo era una serie de ilusiones.
Netanyahu ha refusado establecer una investigación para mirar los errores que cometió junto a sus jefes militares y de seguridad que dieron a Hamas la oportunidad de atacar con tal efecto mortal el 7 de octubre de 2023.
El conflicto de un siglo entre judíos y árabes por el control de la tierra entre el río Jordán y el Mediterráneo estaba sin resolver, enfermandose, y estaba a punto de explotar en una guerra que parece ser tan consequential como sus otros marcos, en 1948 y 1967.
El Medio Oriente ha sido transformado desde el 7 de octubre, y casi dos años en la guerra, el conflicto en Gaza está en otro punto de inflexion.
Esta ha sido una guerra dura para que los periodistas informen.
Fueron tomados por sorpresa el 7 de octubre cuando Hamas atacó, y desde entonces Israel ha prohibido a los periodistas internacionales de Gaza reportar libremente. Los periodistas palestinos dentro de la Franja han hecho un trabajo valiente, y casi 200 han muerto haciendo su trabajo.
Pero los hechos claves son claros. Hamas cometió una serie de crímenes de guerra en los ataques que lanzó el 7 de octubre, matando a 1,200 personas, principalmente civiles israeles. Hamas tomó 251 rehenes, de los cuales quizás 20 que todavía están siendo mantenidos dentro de Gaza se cree que están vivos.
Y hay evidencia clara de que Israel ha cometido una serie de crímenes de guerra desde entonces.
La lista de Israel incluye la hambruna de los civiles en Gaza, la falta de protección durante operaciones militares en las que las fuerzas israeles mataron a decenas de miles de inocentes, y la destrucción indiscriminada de pueblos enteras de una manera que no es proporcional al riesgo militar que enfrenta Israel.
Netanyahu y su ex ministro de defensa son objeto de órdenes de arresto por crímenes de guerra emitidos por la Corte Penal Internacional. Ellos insisten en su inocencia.
Israel también ha condenado un proceso legal en la Corte Internacional de Justicia que alega que está cometiendo genocidio contra los palestinos. Israel niega las acusaciones, y afirma que son “libelos de sangre” antisemitas.
Israel se está quedando sin amigos. Los aliados que se unieron después del ataque de Hamas del 7 de octubre han perdido la paciencia con la conducta de Israel en Gaza.
Incluso el aliado más importante de Israel, Donald Trump, se informa que está perdiendo la paciencia con Netanyahu después de ser sorprendido cuando el líder israelí ordenó el bombardeo de Damasco – atacando al nuevo régimen de Siria, que Trump ha reconocido y animado.
Otros aliados occidentales de Israel se quedaron sin paciencia hace meses.
Otra declaración conjunta, condenando las acciones de Israel, fue firmada el 21 de julio por los ministros de exteriores del Reino Unido, la mayor parte de la Unión Europea, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Japón. Usaron palabras fuertes para describir el sufrimiento civil en Gaza, y el sistema de distribución de ayudas que Israel introdujo para reemplazar métodos probados y confiables utilizados por la ONU y grupos de alivio globales destacados.
“El sufrimiento de los civiles en Gaza ha alcanzado nuevas profundidades,” decía la declaración.
“El modelo de entrega de ayuda del gobierno israelí es peligroso, alimenta la inestabilidad y priva a los gazatíes de la dignidad humana. Condenamos la entrega de ayuda a cuentagotas y el asesinato inhumano de civiles, incluidos los niños, que buscan satisfacer sus necesidades más básicas de agua y alimentos. Es horroroso que más de 800 palestinos hayan muerto mientras buscaban ayuda.
“La negativa del gobierno israelí a proporcionar asistencia humanitaria esencial a la población civil es inaceptable. Israel debe cumplir con sus obligaciones bajo el derecho international humanitario.”
David Lammy, el secretario de exteriores británico, siguió la declaración conjunta con una de las suyas, usando un lenguaje similar, en la Cámara de los Comunes en Westminster.
No fue suficiente para los diputados laboristas, que quieren que las palabras fuertes sean respaldadas por acciones fuertes. Uno me dijo que había “furia” ante la renuencia del gobierno a actuar de manera más decisiva. Lo más importante en su agenda es el reconocimiento de un estado palestino, que ya ha sido hecho por la mayoría de los miembros de las Naciones Unidas. El Reino Unido y Francia han discutido hacerlo en conjunto, pero hasta ahora parecen creer que el momento no es el correcto.
El parlamento de Israel, conocido como la Knesset, está a sólo días de su receso de verano, que durará hasta octubre. Esto significa que Benjamin Netanyahu tendrá un descanso de la amenaza de un voto de no confianza de los nacionalistas extremistas en su coalición que se oponen a un alto al fuego en Gaza. Su renuencia a negociar una tregua es el resultado de sus amenazas de abandonar su gobierno. Si Netanyahu pierde el poder en una elección, su día de juicio por sus errores del 7 de octubre – así como el final de su juicio por corrupción de larga data – se acercaría rápidamente a él.
Un alto al fuego se ve más posible, una oportunidad de supervivencia para los civiles de Gaza y para los rehenes israeles que han sido prisioneros de Hamas durante tanto tiempo.
Nada de eso significa que el conflicto terminará. La guerra ha llevado esto a nuevas profundidades. Pero si hay un alto al fuego, habrá otra oportunidad de cambiar de matar a diplomacia.