El número de personas muertas en las protestas contra el gobierno en Kenia el lunes aumentó a 31, según la comisión de derechos humanos del país, lo que causó indignación pública y llamados a justicia.
La comisión estatal había dicho antes que 11 personas habían muerto.
Más de 100 personas resultaron heridas y alrededor de 532 fueron arrestadas en las protestas, que ocurrieron en la capital Nairobi y otras ciudades importantes, indicó la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KHRCR).
La ONU dijo que estaba profundamente preocupada por las muertes y criticó a la policía keniana por usar “munición letal” contra los manifestantes.
Sin embargo, la policía de Kenia sigue afirmando que solo 11 personas murieron.
La tensión en el país ha aumentado desde la muerte del bloguero Albert Ojwang bajo custodia policial el mes pasado, lo que llevó a la gente a salir a las calles nuevamente, un año después de que jóvenes manifestantes irrumpieran en el parlamento enojados por los aumentos de impuestos.
Las protestas del lunes tenían como objetivo conmemorar la lucha por la democracia en Kenia, que lleva décadas, pero rápidamente se convirtieron en enfrentamientos violentos en 17 de los 47 condados del país, según medios locales.
Muchos manifestantes gritaban “Ruto debe irse” y “wantam”, que significa “un solo mandato”, un lema popular que exige la salida del presidente William Ruto.
En un comunicado emitido el martes por la noche, la KHRCR calificó el aumento en el número de muertos como “muy preocupante”.
“La KHRCR condena enérgicamente todas las violaciones de derechos humanos y exige responsabilidad a todas las partes involucradas, incluyendo la policía, civiles y otros actores”, agregó.
La comisión también documentó saqueos y destrucción de propiedad pública y privada por parte de individuos no identificados.
Entre las víctimas había un niño de 12 años que fue alcanzado por una bala perdida en su casa en Kiambu, en las afueras de la capital, según informes.
“Es muy preocupante que estos incidentes ocurran apenas dos semanas después de que más de 15 manifestantes murieran y muchos más resultaran heridos el 25 de junio”, dijo Ravina Shamdasani, portavoz de la ONU.
“Se usó munición letal, balas de goma, gas lacrimógeno y cañones de agua”, añadió.
Al menos dos hospitales fueron dañados después de que atacantes no identificados robaran equipos médicos y acosaran al personal, informó Reuters.
Grupos religiosos y de derechos humanos exigen una investigación rápida e independiente sobre las muertes, destrucción de propiedad y arrestos arbitrarios.
Sin embargo, el ministro del Interior, Kipchumba Murkomen, elogió a la policía por controlar las protestas, que según él fueron infiltradas por criminales.
Líderes opositores acusaron al gobierno de usar vehículos policiales sin identificación para transportar pandillas armadas a zonas opositoras durante las protestas.
Llamaron a boicotear negocios vinculados al gobierno de Ruto, acusándolo de usar violencia patrocinada por el estado y ejecuciones extrajudiciales.
“Este régimen es hostil. No se puede razonar con él. Hay que resistirlo. No descansaremos. No retrocederemos. No nos rendiremos”, declaró la oposición en un comunicado conjunto.
La jueza Martha Koome advirtió sobre el riesgo que las protestas violentas representan para la democracia del país.
Las manifestaciones del lunes fueron organizadas principalmente por jóvenes de la Generación Z, exigiendo buen gobierno, mayor transparencia y justicia para las víctimas de la brutalidad policial.
El 25 de junio, al menos 19 personas murieron y miles de negocios fueron saqueados en protestas en honor a las víctimas de las manifestaciones contra los impuestos del año pasado.
Según el periódico The Star, más de 140 personas han muerto en protestas desde el 2023.
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[Getty Images/BBC]
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