Expatriada emprende una épica caminata en solitario de 24 horas por la Costa del Sol

¿Qué distancia crees que podrías recorrer si marcharas hacia el oeste por el famoso sendero de la Costa del Sol desde Málaga durante 24 horas sin detenerte?

Éste fue el desafío que un expatriado se impuso a sí mismo para su 38º cumpleaños – y la monumental distancia que cubrió el 2 de noviembre le ‘cambió mentalmente’.

George Nayda, un asesor inmobiliario de vida sedentaria más acostumbrado a estar sentado al volante de su Peugeot 3008 que a emprender tareas hercúleas, decidió partir del centro de Málaga a la medianoche desde el Muelle Uno.

En esta empresa transcendental, renunció a los auriculares para escuchar música o podcasts – o cualquier otra forma de entretenimiento.

Para Nayda, era importante pasar su cumpleaños en la costa en silencio para poder reflexionar sobre su padre, quien falleció a los 38 años cuando Nayda era adolescente.

Con un promedio de apenas 5.000 pasos diarios y sin practicar deportes o frecuentar el gimnasio, la caminata supuso ‘todo un reto’ para Nayda, quien declaró a The Olive Press que ‘no tenía ni idea de lo que le esperaba’. Su conteo final de pasos fue asombroso.

El 2 de noviembre, el día que asumió el desafío, Nayda caminó la asombrosa cifra de 112.299 pasos, cubriendo 83,15 km de la Costa del Sol.

Como asesor inmobiliario, Nayda pasa cada día conduciendo por la Costa del Sol, pero deseaba experimentar el litoral con ‘sus propios pies y ver los pueblos, playas y paseos marítimos a velocidad humana’.

Sentirse fatigado y sin distracciones le obligó a ‘mantenerse presente’, especialmente durante la noche, cuando ‘todo estaba en silencio, oscuro y solitario’.

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Justo antes de las 7 de la mañana fue testigo de un imponente amanecer en la playa de Carvajal, un momento que sintió como un punto de inflexión mientras procesaba el desafío que había elegido emprender.

Horas antes de ese instante, comenzó a tomar micro-siestas en las que su cuerpo se desconectaba durante ‘uno o dos segundos’ en sus pausas de quince minutos. Fueron estos breves interludios los que le ayudaron a recuperar fuerzas para seguir adelante hasta Marbella y San Pedro, donde reiniciar la marcha tras cada descanso se volvió más dificil porque sus ‘piernas se anquilosaban’.

Durante las últimas horas de su caminata, se disciplinó mediante el diálogo interno positivo y finalizó en El Paraíso a la medianoche, tras 24 horas de marcha.

Las secuelas estuvieron llenas de contradicciones: Nayda experimentó ‘temblores incontrolables’, tuvo dificultades para ponerse de pie al día siguiente y necesitó ‘baños calientes para estabilizar su temperatura corporal’, pero simultáneamente sintió que su mente estaba ‘más lúcida’ de lo que había estado en años.

Añadió que afirma haberse visto ‘mentalmente transformado’ por el reto y que ahora se siente ‘más centrado, más maduro y con más confianza’ que antes. ‘La vida es extremadamente corta y la comodidad nos hace olvidar de lo que somos capaces’, afirma Nayda.

Se había inspirado para completar la hazaña en la teoría de David Goggins, que postula que cuando tu cuerpo siente que no puede seguir más, en realidad sólo has alcanzado el 40% de tu potencial; a partir de ese punto, aún te queda un 60% por dar.

Quería poner a prueba sus propios límites, ver dónde estaba su 40% y cuánto más podía exigirse más allá de él.

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El asesor inmobiliario lleva nueve años viviendo en España y ha residido previamente en los Países Bajos, Singapur y Ucrania; se denomina a sí mismo un ‘ciudadano del mundo’.

Espera que su desafío inspire a cualquiera que esté lidiando con la inseguridad a emprender una proeza similar y comprobar de lo que son capaces; para él, hacerlo ha transformado su vida.