Los conservacionistas del centro de cría en cautividad del lince ibérico El Acebuche en Almonte, parte del Parque Nacional de Doñana, están celebrando la llegada de dos nuevas crías de lince ibérico, marcando la quinta camada de la temporada 2025.
Los nacimientos, anunciados por la Agencia de Parques Nacionales Autónomos (OAPN), fueron entregados por las hembras Madroña, Parra, Narsil y Sardina a principios de marzo en camadas anteriores, cada una produciendo tres crías.
Una parte de la excelente estrategia del centro de cría es dar a conocer a la opinión pública los nombres de las linces madres individuales (¡y a veces los padres!), para estimular el interés.
Esta es ahora la quinta camada de linces desde que Madroña (una madre prolífica) abrió la temporada el jueves 6 de marzo. Ahora han nacido 14 linces en esta temporada, tres crías en cada camada anterior, y Kolia y Oleander aún tienen que dar a luz.
La OAPN señaló que para la última camada el confinamiento de Tamesis, una madre primeriza, fue “sin precedentes”.
Támesis dio a luz a un feto muerto, pero “dos días después, sorprendentemente”, continuó teniendo contracciones y finalmente nacieron dos crías sanas.
Por esta razón, la OAPN ha declarado que este es “un caso único” que estudiarán “para comprender mejor la especie”.
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La hembra Madroña, que dio a luz a tres crías sanas el 6 de marzo, fue seguida por Parra, Narsil y Sardina, quienes cada una dio a luz a tres crías.
Estos tres nacimientos se estimaron que ocurrieron entre el 9 y el 12, ya que el período de gestación del lince ibérico dura entre 63 y 65 días.
Con la camada de este año, Madroña ha dado a luz un total de 17 crías a lo largo de las siete temporadas de cría en las que ha participado, “haciendo una contribución muy significativa a la recuperación de su especie”.
Támesis dio a luz entre el 12 y el 13 de marzo, mientras que las últimas en dar a luz serán Kolia y Oleander, que se espera que den a luz a finales de este mes.
Vale la pena señalar que se establecieron siete pares “genéticamente adecuados” para esta temporada. Específicamente, los siete pares elegidos fueron Hamma y Parra; Madroña y Gitano; Támesis y Juglans; Narsil y Junquillo; Oleander y Quetro; Sardina y Júpiter; y Kolia y Tintín.
Según la Agencia Autónoma de Parques Nacionales, los pares se establecieron a finales de 2024 y estaban en la “fase de socialización” en diciembre.
Estos pares se eligen en función de la información genética. En diciembre pasado, estaban en la “temporada completa de pre-rutina”, y el trabajo del centro en ese momento era socializar a los pares seleccionados para que “se conocieran y se aceptaran mutuamente”.
Este es el mismo número de pares establecidos el año pasado, cuando nacieron un total de doce crías de lince.
Asimismo, también nacieron tres crías en el Centro de Cría de Lince Ibérico La Olivilla en Santa Elena (Jaén) a principios de marzo.
Un portavoz de la OAPN, anunciando los recientes nacimientos, dijo que la siguiente fase en el rescate del lince será cruzar las poblaciones de La Olivilla y El Acebuche, garantizando variabilidad “para un mayor éxito de la especie”.
Es importante que todos los residentes de Andalucía sepan que está estrictamente prohibido causar daño deliberado a un lince: esto probablemente resultaría en una sentencia de prisión inmediata para el perpetrador.
Incluso un accidente que involucre a linces, cuando estás conduciendo, debe ser reportado a la policía de inmediato. Las cámaras de reconocimiento de matrículas están operando en territorio de lince.
El lince ibérico es una raza de gato salvaje, nativa de la Península Ibérica. Está clasificado como vulnerable en la Lista Roja de la UICN (UICN = Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
En el siglo XX, la población de lince ibérico había disminuido debido a la caza excesiva, la caza furtiva, la fragmentación de hábitats adecuados y la disminución de la población de su principal presa, el conejo europeo, causada por la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica del conejo.
La evidencia fósil sugiere que el lince ha estado presente en Iberia durante un millón de años.
A principios del siglo XXI, el lince ibérico estaba al borde de la extinción. En 2002, solo quedaban 94 individuos vivos en dos poblaciones aisladas en Andalucía.
Se han implementado medidas de conservación desde entonces, que incluyeron la mejora del hábitat, el repoblamiento de conejos y el monitoreo de los linces.
Entre 2012 y 2024, la población aumentó a unos 2,021 individuos. Esta historia de éxito tremenda ha llevado a que el lince sea reclasificado. Ahora solo está “vulnerable”, en lugar de “en peligro de extinción”.
