Sheik Abdullah Al-Thani, el exdueño del club de fútbol Málaga CF, que vivió una emocionante etapa hasta los cuartos de final de la Champions League, enfrenta 14 años de prisión.
La Fiscalía ha solicitado esta condena para Al-Thani y la misma pena para tres de sus hijos —Nasser, Nayef y Rakkan— por administración desleal, malversación de fondos y acuerdos empresariales abusivos durante su etapa al frente del club.
Este es el último paso en una batalla legal que se arrastra desde 2019, tras una denuncia de la Asociación de Pequeños Accionistas del Málaga CF (APA), y que ahora avanza hacia un juicio —aunque sin fecha aún—.
Los fiscales también piden inhabilitar a la familia catarí para gestionar empresas durante esos 14 años, además de una indemnización millonaria por responsabilidad civil.
Según la acusación, los hijos de Al-Thani no eran simples testaferros: formaban parte de la junta directiva y compartían responsabilidades en la gestión.
Junto a ellos, cinco exdirectivos de esa época —Moayad Shatat, Vicente Casado, Manuel Novo, Joaquín Jofre y Roberto Cano— también están imputados, con peticiones de unos cinco años de cárcel para cada uno.
Hace más de cinco años que el Málaga quedó bajo administración judicial. En febrero de 2020, la juez María de los Ángeles Ruiz apartó a los Al-Thani del control del club y nombró a José María Muñoz como administrador judicial, cargo que aún ocupa.
Al-Thani, miembro de la familia real catarí, compró el Málaga en 2010, generando ilusión entre la afición. En sus primeros años, fichó a jugadores como Santi Cazorla, Ruud van Nistelrooy (que se retiró tras una temporada) y un joven Isco, antes de su salida al Real Madrid.
El momento culmen fue la Champions 2012-2013, donde el Málaga, dirigido por Manuel Pellegrini (luego entrenador del Manchester City), hizo historia.
Superaron al Panathinaikos en la fase previa, lideraron un grupo difícil con AC Milan, Zenit y Anderlecht (sin perder), y eliminaron al Oporto en octavos (1-0 en la ida, 2-0 en casa).
En cuartos, enfrentaron al Borussia Dortmund. Tras un empate 0-0 en España, el partido de vuelta fue dramático: el Málaga adelantó dos veces con goles de Joaquín y Eliseu, pero dos polémicos goles en el descuento (el último en fuera de juego) les dejaron fuera.
Sin embargo, la gloria duró poco. Los problemas económicos y la falta de estrategia acabaron con la inversión de Al-Thani. El club fue sancionado por deudas, vendió a sus estrellas y descendió en 2018.
Fuera del fútbol, Al-Thani invirtió en Marbella, especialmente en su proyecto estrella: la remodelación del puerto de La Bajadilla (400 millones de euros), que prometía ser un puerto de lujo para cruceros y superyates.
El plan incluía un muelle para 1.200 embarcaciones, una terminal de cruceros y una zona comercial. El Ayuntamiento lo apoyó inicialmente, pero el proyecto se estancó por incumplimientos, problemas legales y falta de fondos.
En 2016, la Agencia de Puertos de Andalucía rescindió el contrato, y en 2018 el Tribunal Supremo confirmó la decisión, acabando con el sueño de Al-Thani en Marbella.
Su legado empresarial en la ciudad, como en el Málaga CF, terminó en fracaso y pleitos.