El empadronamiento se ha convertido en un lucrativo negocio en Madrid, donde recién llegados pagan hasta 200€ por servicios ilegales de “altas por dinero”.
Realizado de forma legal, el trámite es completamente gratuito en el Ayuntamiento, pero la desesperación lleva a muchos al mercado negro al carecer de la documentación necesaria.
Entre los papeles requeridos figura un contrato firmado por el propietario y un justificante del pago del alquiler; en ocasiones, también se solicita una carta del dueño o una factura de suministros.
Los anuncios de estos servicios ilegales proliferan en redes sociales. Los ofertantes aseguran poder conseguir el empadronamiento, documento esencial para iniciar trámites de residencia, escolarizar a los hijos o acceder a la sanidad pública.
Los nuevos residentes disponen de 90 días para registrarse. La inscripción exitosa conduce a la obtención del citado certificado.
Mateo Salcedo, un colombiano de 28 años, recurrió a estos servicios ilícitos tras no lograr los documentos para el proceso legal. Al llegar a la capital con su pareja y su perro, el arrendador de su piso le comunicó que no podía empadronarle debido a un “problema burocrático”.
Contactó con varios vendedores en octubre de 2024 hasta que uno le respondió, solicitándole 160€. Salcedo recibió instrucciones para encontrarse con una persona que haría de compañero de piso frente al ayuntamiento y fue aleccionado sobre cómo responder a los oficiales. El pago en efectivo se realizaría tras una inscripción exitosa.
Sin embargo, fue rechazado. El funcionario le comentó que, si realmente vivía en esa dirección, debería llamar a la policía, “pues en el sistema constan más de 70 personas empadronadas en ese inmueble”.
Una situación similar vivió Alejandro Martínez, quien pagó 200€ para obtener su empadronamiento en Madrid y fue rechazado por la saturación de la dirección, a pesar de ser él y su esposa los únicos residentes.
El mercado negro le ofreció a Salcedo otra alternativa: por 150€, una persona diferente completó el formulario de registro durante la cita, logrando finalmente el documento. Meses después, su pareja pagó 80€ por el suyo propio.
Un trámite necesario y gratuito se ha transformado así en una barrera para inmigrantes que lidian con la burocracia española.
Mayte Zabalza, portavoz de Padrón por Derechos, atribuye parte del problema al alto volumen de solicitudes. A 1 de enero, en Madrid había 3.527.924 personas registradas, cifra que ha aumentado en 67.433 en el último año.
Además, más de 800 individuos figuran empadronados en centros sociales del barrio de Lavapiés, una práctica antes impedida pero permitida nuevamente desde hace dos meses.
Otro obstáculo es la dificultad para obtener los documentos que acrediten el domicilio. Mariana Ríos, abogada internacional y directora de la consultora ExtranLex, explica: “Para muchos extranjeros, conseguir el padrón no es tarea sencilla. Quienes alquilan habitaciones o comparten piso suelen encontrar reticencias de los propietarios. En algunos casos, los ayuntamientos rechazan direcciones con un número elevado de empadronados”.
Algunos caseros llegan a cobrar un extra por permitir el empadronamiento, a pesar de recibir ya un alquiler por la vivienda, una práctica también ilegal.
Acudir al mercado negro implica un coste elevado, pero permite eludir esta maraña burocrática. Como enfatiza Ríos, obtener el empadronamiento es de importancia fundamental para todos los ciudadanos, y más aún para los extranjeros en España.
En consecuencia, los estafadores han identificado un problema generalizado y han hallado en el registro ilegal de recién llegados un negocio muy rentable.
