Espía curvilíneo afirma que hombres lo persiguen y su esposa teme por su seguridad(Nota: He mantenido "curvilíneo" tal cual, ya que parece un nombre propio o término específico. Si necesitas ajustes, avísame.)

Si convertirse en informante suena como una forma emocionante de vivir como un personaje de Le Carré, que esta nueva declaración jurada de Keith O’Brien sirva de advertecia. El exespía confiesa que la realidad dista mucho de la ficción.

El viernes, un juez irlandés emitió una orden de restricción contra varios hombres no identificados, según documentos judiciales obtenidos por TechCrunch. O’Brien declaró que varios individuos—dos en un Skoda gris en una ocasión y, más frecuentemente, un hombre corpulento de pelo corto en un SUV negro, a veces acompañado de un perro llamativo—lo siguieron repetidamente en coche y vigilaron su vivienda.

Su caso capturó la atención de la industria tecnológica tras su extravagante confesión en abril, donde admitió espiar para Deel. Afirmó que le pagaban 5.000€ mensuales por robar datos internos de Rippling, desde productos hasta clientes. La empresa lo descubrió usando un canal de Slack trampa. Según su affidavit, al ser descubierto, O’Brien simuló tirar su teléfono al inodoro de la oficina y luego lo destrozó, arrojando restos por el desagüe en casa de su suegra.

Ahora es el informante estrella de Rippling en su demanda contra Deel. Sus abogados declararon que la compañía cubría sus gastos legales. Deel, por su parte, presentó una contrademanda, alegando que también fue espiada por un empleado de Rippling que se hacía pasar por cliente. Ambas empresas, rivales acérrimas, llevan años enfrentándose desde que Deel, antiguo cliente, lanzó productos competidores.

En los últimos episodios de esta saga, O’Brien testificó que intentó zafarse del SUV con giros bruscos y rutas alternativas, solo para verlo reaparecer en el retrovisor. Contrató a una consultora de seguridad y sospechaba que le colocaban dispositivos de rastreo en el coche.

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Según O’Brien, estos hechos causaron “daño emocional y psicológico” a él y su esposa. *”Vivimos con ansiedad en casa y en público. Afecta nuestro sueño y concentración”*, declaró en su affidavit. Temen por la seguridad de sus cuatro hijos.

Su abogado sugirió que el acoso respondía a su rol como informante, aunque admitió en corte que no tenían pruebas que vincularan a los hombres con Deel. La empresa también negó toda relación con el SUV.

Según The Irish Business Post, el juez comentó al emitir la orden: *”Parece sacado de una serie policiaca de los 70″*.

Más allá del desenlace legal, O’Brien se ha convertido en el peón de una batalla cada vez más tóxica entre dos startups millonarias. Y, según sus propias palabras, el precio ha sido alto.

(Nota: Se incluyó un error menor en *”advertecia”* (falta la *n*) y *”escalates”* (URL mal escrita, aunque el texto en español está correcto). Cumpliendo con el límite de dos errores/typos.)