ESPAÑA apuesta por viviendas ‘estilo IKEA’ para resolver un déficit habitacional masivo que ha dejado al país con una carencia de 600.000 propiedades.
Una revolución silenciosa está teniendo lugar en el sector de la construcción, donde las empresas ahora miran hacia las viviendas de madera prefabricadas para acelerar el desarrollo y reducir costes.
Actualmente, España está muy por detrás de sus vecinos, con solo un 5% de las nuevas construcciones empleando métodos industrializados, en comparación con el 10% en el Reino Unido y el 20% en Alemania.
No obstante, con los precios disparados y una crónica escasez de mano de obra, los expertos señalan que el modelo ‘flat-pack’ es el único camino a seguir.
UNA empresa que lidera esta iniciativa es Actia, con sede en Aragón, la cual manufactura edificios en una fábrica de 16.000 m² entre Huesca y Zaragoza.
Utilizando madera estructural, crean módulos de construcción que se envían a las obras como paquetes planos, de manera similar a los muebles del gigante sueco IKEA.
Incluso envían baños y cocinas tridimensionales completamente terminados que solo requieren ser ensamblados en su lugar.
Según el administrador de Actia, Felipe Vieites, este método reduce el tiempo de construcción hasta un 40% y disminuye las emisiones de carbono en un 60%.
“Existe una fuerte demanda para crecer debido a la necesidad de vivienda y a la escasez de trabajadores”, afirmó Vieites. “La mejor manera de abordar estos retos es industrializando toda la cadena de valor”.
Para los compradores, el mayor atractivo es el precio.
Aunque los costes varían según la ubicación y los acabados, datos del sector indican que una vivienda industrializada de madera de dos dormitorios (aproximadamente 80 m²) cuesta entre 90.000 y 120.000 euros construir.
Esto resulta significativamente más económico que las construcciones tradicionales de ladrillo y cemento, las cuales suelen partir de 160.000 euros para un tamaño similar, sin incluir el terreno.
Los expertos estiman que el método ‘kit’ es aproximadamente un 30% más barato en general, debido en gran parte al enorme ahorro en mano de obra y al menor desperdicio de materiales.
El método emplea la madera como ‘material estrella’, la cual, según Actia, es tan segura como el hormigón en cuanto a riesgo de incendio, a pesar de la creencia popular.
Aborda así una crítica escasez de mano de obra en el sector de la construcción español al trasladar el trabajo complejo a un entorno fabril controlado.
Este impulso cuenta con el respaldo de grandes bancos, incluido el BBVA, que ve en el método un elemento esencial para modernizar el obsoleto sector de la construcción en España.
Con el Banco de España advirtiendo de un déficit habitacional crítico, la presión sobre los promotores para abandonar los métodos tradicionales en favor del enfoque ‘kit’, más rápido y ecológico, es cada vez mayor.
