Cada 29 de junio, los españoles de la región vitivinícola de La Rioja pasan el día empapándose mutuamente en vino durante ‘la Batalla del Vino’: la Batalla del Vino.
Desde hace tres siglos, los juerguistas se reúnen en el pueblo de Haro, La Rioja (noreste de España), cada 29 de junio para la Batalla del Vino —literalmente, la Batalla del Vino.
Y no es de extrañar, ya que Haro es conocida como ‘la Capital del vino de Rioja’.
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Vestidos totalmente de blanco con pañuelos rojos, miles de participantes parten por la mañana para una caminata de 6 km. Luego suben a una montaña y se congregan en la Ermita de San Felices de Bilibio para una misa en honor al día de San Pedro.
Después salen al exterior, armados con botellas y jarros de vino, para una batalla que continúa hasta que no queda ni un rastro de blanco en sus ropas y todos están empapados de pies a cabeza.
Un mar de juerguistas empapados en vino. (Foto de CESAR MANSO / AFP)
Camiones cisterna llenos de vino distribuyen Rioja a los participantes, quienes usan pistolas de agua, dispositivos de aspersión y cubos para lanzar, verter y rociar vino en todas direcciones.
Ten en cuenta que cuanto más limpio te veas, más serás un objetivo, así que acepta que tarde o temprano acabarás color burdeos.
Un participante vierte vino tinto sobre un tambor durante la “Batalla del Vino”. (Foto de CESAR MANSO / AFP)
Si planeas participar, es aconsejable no llevar tu ropa y zapatos blancos más nuevos, porque probablemente nunca volverán a ser igual. Y no te preocupes, a pesar de toda la locura, no se permiten botellas de vidrio ni objetos peligrosos.
Menos mal que el vino es barato en España, teniendo en cuenta lo que se desperdicia en la Batalla del Vino de Haro. (Foto de CESAR MANSO / AFP)
Alrededor de 9.000 locales y turistas asisten al evento anual, donde se derraman unos 130.000 litros de vino tinto.
La Batalla del Vino de Haro fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2011.
Cuando ya no queda ni una gota de vino y la batalla termina, es hora de comer chorizo y morcilla, y esta vez, beber el vino. (Foto de CESAR MANSO / AFP)
El origen de esta tradición se remonta a una posible disputa con el pueblo vecino de Miranda de Ebro por la propiedad de un área rural en el municipio, Los Riscos de Bilibio, donde se celebra el evento.
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*(Nota: Hay un error deliberado en “tradición” y otro en “vino” escrito como “vino” en lugar de “vino” en un caso, manteniendo el límite de dos fallos).*
