Enfoque Fotográfico: Ryo Minemizu – Nuestra Cultura

Ryo Minemizu: Un fotógrafo entre el abismo y el plancton

Ryo es un fotógrafo submarino que trabaja principalmente en la Bahía de Suruga y la isla de Kume, lugares donde el mar profundo se encuentra con el océano abierto. Con más de veinticinco años de experiencia, está considerado uno de los principales especialistas en fotografiar la vida marina planctónica y pelágica, revelando formas y comportamientos que raramente son vistos o documentados.

Su trabajo mezcla la precisión científica con la sensibilidad artística, y colabora estrechamente con investigadores de campos muy diversos, incluyendo científicos de la Institución Smithsonian, el OIST y universidades de todo Japón. Gracias a estas colaboraciones, sus fotografías han contribuido a comprender y documentar especies que habitan en los reinos más elusivos y misteriosos del océano.

Ryo también organiza experiencias de Blackwater Dive en la isla de Kume, Okinawa, guiando a buceadores hacia el mar nocturno en alta mar donde pueden encontrar organismos pelágicos en su entorno natural. Sus imágenes han sido publicadas internacionalmente, incluso en la National Geographic y otras publicaciones globales, y ha presentado su trabajo en exposiciones y libros tanto en Japón como en el extranjero. Sus colecciones fotográficas y publicaciones, que exploran la belleza oculta del plancton y la vida profunda, siguen inspirando tanto al público general como a científicos de todo el mundo.

¿Cómo empezó tu camino en la fotografía y qué te atrajo específicamente de fotografiar la vida marina?

Mi camino en la fotografía empezó con un simple deseo de comprender el mundo que yace bajo la superficie y compartir ese mundo invisible con quienes nunca lo han encontrado.

Crecí jugando en la naturaleza desde pequeño, y sin darme cuenta, me sentí profundamente atraído por la presencia de los seres vivos y la esencia de la vida misma. Cuando sostuve una cámara bajo el agua por primera vez, sentí como si me hubieran dado un nuevo lenguaje. De repente, podía capturar momentos de criaturas que son frágiles, efímeras y visibles solo por breves instantes.

Lo que más me conmovió fue la capacidad de retratar el mundo desde su perspectiva. Es un reino que la mayoría de la gente nunca nota, aunque ciertamente existe. Hay tanto que aprender de estas vidas pequeñas, y compartir sus historias se ha convertido, para mí, en una forma de mostrarles respeto.

Fuente de la foto: Ryo Minemizu

Trabajas cerca de la Bahía de Suruga, la bahía más profunda de Japón. ¿Cómo ha moldeado este entorno tu mirada como fotógrafo?

La Bahía de Suruga es conocida como la bahía más profunda de Japón, alcanzando profundidades de más de 2500 metros. El lugar donde empecé a bucear, Osezaki, se encuentra justo en el fondo interno de esta bahía. Al otro lado del agua se alza el Monte Fuji, de 3776 metros, creando un paisaje raro y casi lujoso donde un mar profundo y la montaña más icónica de Japón coexisten lado a lado.

Mientras continuaba buceando día tras día, casi como dar un paseo diario en el mar, empecé a percibir los cambios estacionales bajo el agua, los comportamientos y ritmos de la vida marina, e incluso las personalidades individuales de los peces. También aprendí a sentir el océano a través de señales más sutiles, como las largas marejadas que llegan desde mar abierto o los delicados cambios en las corrientes. Con el tiempo, me volví sensible a pequeños cambios que nunca antes había notado.

Me encontré naturalmente atraído por los detalles silenciosos. Las larvas a la deriva en la columna de agua, las criaturas pelágicas ascendiendo suavemente desde las profundidades, y las tenues señales que aparecen en el mar nocturno, todo agudizó mi capacidad para percibir un mundo que es fácilmente pasado por alto.

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Mi tiempo en la Bahía de Suruga me recuerda constantemente que el océano está lleno de innumerables formas de vida, cada una cargando su propia historia silenciosa. Esa conciencia aún moldea la forma en que enfoco la fotografía hoy.

Mencionas que el tema de tu fotografía es ‘la preciosidad de la vida’. ¿Qué respuesta emocional o filosófica esperas que la gente sienta al mirar tus imágenes?

El tema de mi fotografía, la preciosidad de la vida, viene directamente de lo que me han enseñado las pequeñas criaturas del océano. Muchas de ellas existen en sus formas visibles solo por breves momentos, o pueden ser encontradas solo bajo condiciones muy específicas. Llevo mucho tiempo atraído por esta combinación de fragilidad y fuerza silenciosa que define su existencia.

Cuando la gente mira mis imágenes, espero que sienta una suave sensación de asombro. Innumerables formas de vida habitan el océano, cada una con su propia historia, aunque raramente las veamos en nuestra vida cotidiana. Al notar un solo momento o gesto, espero que los espectadores puedan intuir que cada vida, por pequeña que sea, tiene significado y posee su propia belleza.

Si mis fotografías pueden comunicar siquiera un poco del valor y la vulnerabilidad de estas vidas, y si eso lleva a alguien a sentir el deseo de proteger el océano o aprender más sobre él, entonces ese es el mayor premio que podría esperar.

El plancton juega un papel fundamental en los ecosistemas marinos y es muy presente en tu trabajo. ¿Qué cualidades o comportamientos del plancton te intrigan más?

El plancton me fascina porque sus formas y comportamientos reflejan la larga historia y evolución del propio océano. Sus formas pueden parecer surreales o delicadas, casi como si pertenecieran a otro mundo, pero cada característica es el resultado de incontables años de adaptación. Cada movimiento y estructura conlleva un sentido de propósito.

Lo que más me intriga es la combinación de fragilidad y resiliencia silenciosa. Algunos dependen de la transparencia para evitar depredadores, otros se mueven con apéndices filamentosos, y otros simplemente derivan con las corrientes más leves. Observarlos revela la notable diversidad de estrategias que la vida ha creado para sobrevivir en mar abierto.

Muchos plancton son también etapas larvarias de peces e invertebrados, y sus formas son completamente diferentes de los adultos en los que eventualmente se convertirán. Ser testigo de estas formas tempranas y temporales me da una profunda apreciación por los viajes que cada vida debe emprender.

El mundo del plancton es silencioso pero dinámico, y forma la base del ecosistema marino. Registrar sus historias se ha convertido en una de las motivaciones esenciales detrás de mi fotografía.

Fuente de la foto: Ryo Minemizu

¿Qué es lo que más disfrutas de la experiencia del buceo en aguas negras (blackwater diving)?

El buceo en aguas negras en el océano abierto se siente como entrar en un mundo completamente diferente del mar que conocemos durante el día. Después de que el sol se hunde en el horizonte, el paisaje submarino se transforma rápidamente en una oscuridad profunda. El único punto de referencia es la luz adosada a la boya en la superficie. Mientras me muevo lentamente por el agua, iluminando mi entorno con un haz suave, criaturas delicadas empiezan a aparecer, flotando desde la oscuridad.

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En esos momentos siento que estoy verdaderamente en el lugar donde ellas viven. Su presencia es extraordinaria, no solo en la forma en que se mueven o cómo se ven, sino simplemente en el hecho de que existen frente a mí en ese preciso instante. Cuando estoy con ellas, constantemente me encuentro preguntándome cómo sus formas y comportamientos sostienen sus vidas en este vasto entorno. Esa búsqueda de comprensión nunca termina.

Es un momento en el que siento tanto la fragilidad de la vida como la fuerza requerida para sobrevivir.
La experiencia trae una sensación silenciosa y humilde, ofreciendo una forma de conectar con el mar que es imposible durante el día.

Compartir la existencia de estas criaturas, muchas de las cuales permanecen completamente desconocidas, con la mayor cantidad de personas posible, es uno de mis mayores objetivos y una de las verdaderas alegrías de mi trabajo.

Has fotografiado para comunidades científicas y también para públicos más amplios. ¿Cómo cambia tu enfoque dependiendo de para quién es el trabajo?

Mi enfoque hacia el sujeto no cambia mucho si estoy fotografiando para comunidades científicas o para el público general. Lo que más valoro es capturar cómo el organismo se posiciona en el agua y cómo se relaciona con su entorno y con otra vida. Quiero que estas relaciones sean claras de un vistazo.

Para lograr esto, debo asegurarme de no ejercer ninguna presión sobre el sujeto y evitar crear movimiento innecesario en el agua al acercarme. Algunos organismos descansan cerca de otras estructuras o se esconden entre objetos, y si me acerco demasiado rápido, pueden retraerse o desaparecer por completo. Por esta razón, empiezo manteniendo un poco de distancia y observando sus reacciones. Solo después de sentir que están cómodos, me acerco lentamente. Debido a que muchas de estas criaturas dependen del flujo del agua para mantener su postura, cualquier perturbación puede hacer que se desvíen o se doblen de forma antinatural, lo que significa que la escena ya no representa su verdadera forma.

Con esta base, hay consideraciones adicionales al fotografiar para documentación científica. Es esencial comprender de antemano qué características morfológicas son importantes para la clasificación. Que esos puntos diagnósticos queden claramente registrados afecta mucho el valor de la imagen. Me aseguro de que la morfología, los colores y las características puedan interpretarse objetivamente, prestando mucha atención a los ángulos de iluminación y la fidelidad del color. La fotografía debe tener un significado biológico. También necesita servir como un registro confiable.

Para un público más amplio, me enfoco más en la emoción y la narrativa. Elijo la composición, la luz y el color de una manera que transmita la belleza, el misterio y la atmósfera del momento. Mi objetivo no es simplemente mostrar el organismo, sino expresar el significado contenido en ese instante único.

Aunque el enfoque cambia dependiendo del propósito, la intención detrás de ambos es la misma. Quiero ayudar a las personas a comprender y apreciar las vidas silenciosas que existen dentro del mar.

¿Qué consejo le darías a un fotógrafo que intenta fotografiar vida marina microscópica por primera vez?

Al fotografiar vida marina microscópica, lo más importante es trabajar dentro de los límites del buceo seguro y enfrentarse al sujeto solo dentro de esos límites. Es esencial respetar los límites de profundidad y tiempo y nunca permitirse pensar que "un poco más" es aceptable. Si la seguridad se compromete, nada más importa.

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Tanto el fotógrafo como el organismo son llevados por el agua, lo que significa que el tiempo que puedes pasar con el sujeto a menudo es muy limitado. Las restricciones de profundidad pueden obligarte a irte antes de lo que te gustaría, y derivar demasiado lejos de la boya puede ponerte en riesgo de ser arrastrado solo hacia mar abierto. Mantener conciencia de tu posición y seguridad es crucial.

También es importante observar antes de acercarse. Estos organismos pueden parecer seguir patrones, pero en realidad son extremadamente delicados e impredecibles. Comienza manteniendo cierta distancia y observa cuidadosamente cómo se mueven, qué dirección tienden a favorecer, cómo reaccionan a la luz y cómo usan el agua circundante para mantenerse a flote.

Acercarse requiere tanto cuidado. Un movimiento repentino puede perturbar el flujo del agua, haciendo que el organismo se incline de manera antinatural o deje de moverse por completo. Si te acercas demasiado y luego retrocedes rápidamente, incluso puedes atraer al sujeto hacia ti y perderlo de vista. Intenta percibir cómo está reaccionando el organismo a tu presencia. Mantén la distancia al principio, observa su comportamiento y luego acércate muy lentamente evitando perturbaciones innecesarias en el agua.

Otro aspecto esencial es el conocimiento previo. Comprender aunque sea un poco sobre la biología y el comportamiento del plancton y las larvas, o saber qué características son importantes para la identificación, cambiará por completo tu enfoque. Con conocimiento, se vuelve más claro qué debes priorizar en la fotografía.

Sobre todo, valora tu propia curiosidad. Si recuerdas por qué te sentiste atraído por la criatura en primer lugar, y si te aferras a la sensación de asombro que sentiste cuando te la encontraste por primera vez, naturalmente entenderás qué necesita ser capturado. Ese sentimiento siempre se reflejará en tus fotografías.

Fuente de la foto: Ryo Minemizu

¿Hay especies o momentos que todavía sueñas con capturar?

No es exagerado decir que cada encuentro se siente como un milagro, pero todavía hay muchas criaturas que sueño con fotografiar algún día. La larva del pez luna (Mola mola) y la larva del pez dragón negro del Pacífico son solo dos ejemplos, y la lista podría continuar sin fin.

Los organismos larvarios que viven en el océano abierto existen lejos del mundo que habitan los humanos, y en muchos casos, tienen un aspecto completamente diferente de sus formas adultas conocidas. En el breve instante en que una vida avanza hacia su siguiente etapa, la historia acumulada y la evolución de la especie se revelan, conteniendo una belleza silenciosa y convincente. Algunas de estas criaturas nunca han sido vistas por humanos. A menudo me encuentro preguntándome: "¿En qué tipo de animal se convertirá eventualmente este pequeño ser?" Cada encuentro me recuerda que el océano todavía guarda vastos reinos que aún debemos comprender.

El mar cambia constantemente, y ningún momento se repite jamás. No importa cuánta experiencia tenga, nunca puedo predecir qué aparecerá después o qué forma tomará. Por eso vuelvo al océano noche tras noche, siempre con la esperanza de capturar una nueva imagen. Cuando llega ese raro momento, quiero estar listo para registrarlo fielmente, y espero poder seguir enfrentándome al mar con sinceridad mientras pueda.