Con la exposición “Sin título” (América), el Whitney celebra 10 años en su nuevo espacio y muestra a los visitantes lo que el museo representa. Revisando sus archivos, reúne 80 años de arte estadounidense, desde principios del siglo XX hasta los años 80.
Kim Conaty, historiadora del arte y curadora jefe del Whitney, trabajó duro en la curaduría de “Sin título” (América), imaginando el museo como un refugio y fuente de inspiración para artistas que han creado nuevas formas de ver y narrar la historia. “Cuando pienso en el trabajo valiente de los artistas durante décadas,” dijo en una entrevista por video, “me emociona cómo ahora, a través de su obra, podemos ver las preguntas que plantearon y las historias que hicieron visibles. Debemos apoyar a esos artistas que reflexionaron profundamente y ayudaron a revelar nuestro pasado, mostrándonos nuevos futuros.”
Margaret Bourke-White – Edison Electric, 1930. Foto: Whitney Museum of American Art
Para definir la esencia del Whitney, Conaty se inspiró en una cita del artista cubano-estadounidense Félix González-Torres: “América siempre ha sido un sueño inalcanzable, un lugar para soñar… La América que conozco ahora sigue siendo un lugar de luz, oportunidades, riesgos, justicia, racismo, injusticia, hambre y exceso, placer y crecimiento. La democracia es un trabajo constante, una dedicación colectiva.”
La pieza “Sin título” (América) (1994) de González-Torres destaca en la exposición. Consta de 12 hileras de 42 bombillas cada una. Antes estaba en la escalera del museo, pero ahora se exhibe en una ventana de la fachada oeste, conectando con el mundo exterior. “Me gusta la apertura, la ambigüedad y la poesía desafiante de su obra,” dijo Conaty. “Su uso de la palabra ‘América’ refleja preguntas que muchos se hacen hoy. Mientras planeábamos la exposición, no podía dejar de pensar en esta obra. Es emblemática de lo que significa ser un museo de arte estadounidense: evocador, abstracto y cotidiano a la vez.”
Frente a la obra de González-Torres, cinco piezas importantes reciben a los visitantes en el séptimo piso: Three Flags de Jasper Johns, Steve del retratista Barkley Hendricks, April Contemplating May de Kay WalkingStick, Summer Days de Georgia O’Keeffe y Mars Dust de Alma Thomas.
Man Ray – New York. Foto: Whitney Museum of American Art
Juntas, estas obras muestran las múltiples facetas de EE.UU. y sus movimientos artísticos, invitando al diálogo. La exposición logra conectar piezas aparentemente dispares con facilidad.
“Todas abren caminos distintos en el arte,” observó Conaty. “Parte de la selección fue cómo lucían juntas visualmente, cómo se relacionan. También hay que imaginar las historias detrás de ellas.”
Conaty buscó fomentar conexiones entre las obras, diseñando un recorrido libre donde el público puede crear sus propias asociaciones. “Queríamos que, de un vistazo, vieran una obra y también lo que había detrás. Así se crean conexiones visuales y encuentros inesperados.”
Una de las nuevas adquisiciones destacadas es Massacre at Wounded Knee II (1970) del artista nativo Fritz Scholder. La pintura, casi abstracta, tiene tonos blancos rotos por una franja verde y figuras rojas que aluden a la violencia. El título referencia la masacre de 1890 donde más de 300 lakotas fueron asesinados por el ejército estadounidense.
“Representa un trauma y una historia poco contada,” dijo Conaty. “Parece abstracta, pero se basa en fotografías históricas. Transmite violencia, un paisaje marcado.”
Conaty relacionó esta obra con la serie War Series de Jacob Lawrence, creada tras su servicio en la Guardia Costera durante la Segunda Guerra Mundial. Las 14 piezas mezclan figuración y abstracción, mostrando experiencias militares. “Ambas obras exploran paisajes marcados por el trauma, alternativas a las narrativas heroicas tradicionales.”
Aaron Douglas – Mural Study for Cravath Hall, Fisk University, 1929. Foto: Whitney Museum of American Art
Revisar la vasta colección del Whitney fue abrumador para Conaty. “Descubrimos obras que no estaban en nuestros planes iniciales,” confesó. “Te das cuenta del poder real de estas piezas cuando las ves en persona, no solo en diapositivas. Es una experiencia visceral.”
Finalmente, Conaty espera que “Sin título” (América) invite a la reflexión y inspire a repensar el futuro del país. “Me gusta que dejemos espacio para cuestionar qué es América. Es algo que constantemente se redefine.”
