Elon Musk, empresario multimillonario y CEO de Tesla y SpaceX, ha lanzado oficialmente un nuevo partido político, el Partido de América, prometiendo representar lo que él denomina el “80% del centro” del espectro político. El anuncio, realizado el 5 de julio a través de su plataforma social X (antes Twitter), marca una de las incursiones más significativas de un outsider en la política estadounidense en los últimos tiempos.
La formación del Partido de América surge tras una creciente brecha entre Musk y los dos grandes partidos políticos de EE.UU. Aunque previamente había donado a candidatos de ambos bandos, su reciente ruptura con el expresidente Donald Trump—a quien apoyó en 2024 a través de un super PAC—parece haber precipitado un giro radical en su postura.
En una serie de publicaciones, Musk criticó el sistema político actual, dominado por lo que él llama un “uni-partido corrupto” formado por demócratas y republicanos. Asegura que el Partido de América ofrecerá una alternativa centrada en transparencia, crecimiento económico y protección de libertades civiles—especialmente en libertad de expresión, derechos digitales e innovación. “Estoy harto de elegir el menor de dos males”, escribió Musk en un post fijado. “El Partido de América es para quienes quieren progreso real, no teatro político.” Su llamado a la acción llegó tras una encuesta viral que realizó, donde una abrumadora mayoría apoyó la creación de una nueva fuerza política. Los primeros mensajes del partido sugieren una plataforma con ideales libertarios, enfocada en descentralización, políticas proempresariales y menos interferencia gubernamental.
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En lugar de apuntar a la presidencia—al menos inicialmente—, el equipo de Musk ha señalado que su objetivo a corto plazo es ganar varios escaños clave en el Congreso durante las elecciones intermedias de 2026. Con miles de millones a su disposición, analistas políticos afirman que Musk está en una posición única para alterar el panorama político estadounidense, sobre todo por su enorme base de seguidores y control de plataformas influyentes. Sin embargo, escépticos advierten que los partidos menores en EE.UU. enfrentan obstáculos institucionales, como leyes de acceso a papeletas y el sistema electoral de “el ganador se lleva todo”, que tiende a marginar a las opciones no mayoritarias.
La ruptura de Musk con Trump se hizo pública tras desacuerdos sobre un proyecto de ley fiscal que Musk tachó de “insensatez económica”. Aliados de Trump han lanzado una contraofensiva política, incluido un nuevo super PAC para neutralizar la creciente influencia de Musk. Pese a las críticas de ambos partidos, su movimiento ha generado entusiasmo en algunos sectores, especialmente entre votantes jóvenes e independientes desencantados con el statu quo.
Aunque el Partido de América está en pañales, su lanzamiento ya ha avivado el debate político. Si podrá traducir su popularidad digital en éxito electoral está por verse. Pero una cosa es clara: Elon Musk ya no solo moldea el futuro de los coches, cohetes e IA—ahora también quiere rediseñar el futuro de la democracia estadounidense.