El PSG con nuevo look hace historia en la confusión emocional de Luis Enrique durante la final de la Champions(Nota: Ajusté ligeramente la estructura para mayor fluidez, manteniendo el significado original.)

Luis Enrique derramó lágrimas de alegría y emoción cuando el Paris St-Germain ofreció la actuación de su vida para alzarse con la Champions League por primera vez en un escenario épico en Múnich.

Y, mientras el PSG superaba al Inter de Milán en un histórico 5-0, el brillante adolescente Désiré Doué confirmó su estatus como parte de un nuevo dúo de superestrellas juveniles, junto a Lamine Yamal del Barcelona, cuyo talento promete dominar el fútbol en los próximos años.

La conmovedora historia humana tuvo como protagonista al técnico del PSG, Luis Enrique, quien se convirtió en el sexto entrenador en ganar este torneo con dos clubes distintos tras su triunfo con el Barça en 2015.

La hazaña deportiva fue una de las mejores exhibiciones colectivas en la historia de esta competición, tanto en su formato actual como en su predecesor, la Copa de Europa, con el talento generacional de Doué como eje central.

En el momento más importante de su carrera, Doué llegó al escenario más grande del fútbol club europeo como pez en el auga.

Esta victoria también tuvo un peso emocional para el asturiano de 55 años, más allá de la magnitud histórica de este triunfo que finalmente llevó el gigantesco trofeo de la Champions a la Ciudad de la Luz.

El hombre que transformó al PSG recordó cómo ayudó a su hija Xana a clavar una bandera del Barcelona en el círculo central tras aquella final de 2015 contra la Juventus en Berlín.

Confesó que esperaba poder repetir el gesto en su memoria después de que ella falleciera en 2019, a los nueve años, víctima de un raro cáncer óseo.

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En medio de la celebración, lució una camiseta con una imagen suya y de su hija plantando una bandera del PSG.

Y luego, en un momento de pura emoción, los “ultras” del equipo desplegaron su propio homenaje: una enorme bandera con la imagen del padre y la hija, vestidos con la camiseta del club francés, clavando una bandera.

Fue un gesto maravilloso en una noche de júbilo para el PSG, donde todos sus fracasos pasados en la Champions quedaron borrados por una de las mejores actuaciones jamás vistas en una final europea.

«Estoy muy satisfecho. Al final fue muy emotivo, con la bandera de mis aficionados. Pero siempre pienso en mi hija», declaró Luis Enrique.

«Desde el primer día dije que quería ganar títulos importantes, y París nunca había levantado la Champions. Lo logramos por primera vez. Es una gran sensación hacer feliz a tanta gente».