El Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, intentará este jueves ofrecer explicaciones ante unos diputados mayoritariamente de derechas que investigan un escándalo de corrupción que ha amenazado con derribar su gobierno minoritario de izquierdas.
Las investigaciones por corrupción que afectan a antiguos pesos pesados socialistas y a la esposa de Sánchez han avergonzado a un líder que accedió al poder en 2018 prometiendo limpiar la política española, después de que la oposición conservadora fuera condenada en su propio caso de corrupción.
La comparecencia, de varias horas de duración ante una comisión del Senado, interpelará a Sánchez sobre un asunto complejo que involucra supuestas comisiones ilegales a cambio de contratos públicos de material sanitario durante la pandemia de Covid-19.
El escándalo ha envuelto al exministro de Transportes José Luis Ábalos y al exalto cargo socialista Santos Cerdán, ambos antiguos aliados cercanos de Sánchez que lo ayudaron a ascender al poder.
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El antiguo asesor de Ábalos, Koldo García, es otro sospechoso clave en el caso que ha llevado a la prisión a Cerdán y en el que la policía registró la sede socialista en Madrid, en imágenes muy perjudiciales para Sánchez.
El opositor Partido Popular (PP), que ostenta la mayoría en el Senado, pretende demostrar que Sánchez conocía o participaba en estas turbias maniobras.
La citación de Sánchez forma parte de su insistente focalización en la presunta corrupción socialista en un intento de forzar elecciones anticipadas que lo devolvieran al gobierno.
“Volverá a mentir mañana en el Senado porque sabe que si dice la verdad, será su final”, le espetó este miércoles en el Congreso el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
El presidente ha pedido disculpas en repetidas ocasiones por el escándalo, pero ha negado tener conocimiento de los presuntos delitos o de que el partido se beneficiara de una financiación ilegal.
Un contundente informe policial durante el verano, que implicaba a Cerdán en el caso, amenazó brevemente con deshacer la coalición de gobierno entre los socialistas y la formación de ultrazquierda Sumar.
No obstante, Sánchez ha rechazado los llamamientos de la oposición para que dimita y convoque elecciones, si bien ha reconocido que llegó a considerar abandonar el cargo ante la presión creciente.
En julio, presentó un paquete de medidas anticorrupción para tratar de recomponer la relación con Sumar y con una miríada de partidos regionales y independentistas sin cuyo apoyo el gobierno no puede aprobar leyes.
Investigaciones por corrupción separadas han tenido en el punto de mira a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, y a su hermano David Sánchez, ensombreciendo a su ejecutivo durante más de un año.
En otro asunto bochornoso para el gobierno, el fiscal general del Estado, nombrado por los socialistas, se sentará en el banquillo la próxima semana acusado de filtrar secretos legales que perjudicaban a la pareja del influyente líder del PP en la Comunidad de Madrid.
