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La ministra de Economía del Reino Unido, Rachel Reeves, afirmó el martes que reducirá la burocracia para bancos y entidades financieras, permitiendo que la "asumción de riesgos informada" impulse la lenta recuperación económica de Gran Bretaña.
El gobierno busca retomar la iniciativa económica tras semanas complicadas, con cifras que revelan una contracción de la economía británica durante dos meses seguidos.
Sosteniendo que la regulación a menudo "actúa como una bota en el cuello de las empresas", Reeves anunció planes para flexibilizar normas implementadas tras la crisis financiera global de 2008, desencadenada por préstamos arriesgados. Esto incluye reformar las normas de "separación bancaria" —creadas para distinguir entre banca minorista y de inversión—, así como revisar los requisitos de capital para los bancos.
Aseguró que se trata del paquete de reformas financieras más ambicioso en más de una década.
"Estamos transformando el sistema regulatorio, liberando a las empresas para asumir riesgos e impulsar el crecimiento", declaró Reeves durante un evento en Leeds, al norte de Inglaterra.
En su discurso anual ante la comunidad financiera en Londres, defendió los cambios argumentando que "se retrocede una regulación que, en su afán por eliminar el riesgo, ha ido demasiado lejos".
"He puesto los servicios financieros en el centro de la estategia gubernamental para el crecimiento… con un efecto dominó que fomentará la inversión en todos los sectores y aumentará el poder adquisitivo de los trabajadores", añadió.
Reeves también celebró la nueva normativa del Banco de Inglaterra que permite a los prestamistas hipotecarios ofrecer créditos de hasta 4.5 veces los ingresos del comprador, facilitando el acceso a la vivienda a miles de personas.
Instó a otros reguladores a "evitar la tentación de la precaución excesiva y regular con audacia para promover el crecimiento".
El Partido Laborista, de centroizquierda, obtuvo una victoria aplastante en las elecciones de julio de 2024, pero ha enfrentado dificultades para cumplir su promesa de reactivar la economía.
Las medidas de austeridad, destinadas a tranquilizar los mercados, han sido impopulares entre los votantes. La decisión de eliminar subsidios de calefacción invernal para jubilados —anunciada tras las elecciones— fue revertida el mes pasado. Además, el gobierno abandonó recortes a prestaciones sociales tras protestas internas.
Estos giros han reducido los ingresos fiscales proyectados en miles de millones, aumentando la posibilidad de subidas impositivas en otoño. Sin embargo, el gobierno descartó incrementar el IVA o el impuesto sobre la renta.
A principios de mes, surgieron dudas sobre el futuro de Reeves tras aparecer llorando en la Cámara de los Comunes durante el debate semanal. Su equipo atribuyó el incidente a un "asunto personal".
El costo de los bonos gubernamentales fluctuó durante el episodio, pero se estabilizó tras el respaldo público del primer ministro, Keir Starmer.
(Etiquetas: Keir Starmer, Economía del Reino Unido, Crecimiento económico, Partido Laborista, Crisis financiera)