Kennedy Gondwe
BBC Noticias en Lusaka
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"¡Se vuelve a casa!" —una frase indisolublemente ligada a los hinchas de fútbol inglés— ahora es usada por algunos zambianos en la disputa sobre qué hacer con el cuerpo del expresidente Edgar Lungu.
El exmandatario, de 68 años, murió hace dos meses en Sudáfrica, donde recibía tratamiento por una enfermedad no revelada.
En el último capítulo de este drama, un tribunal de Pretoria falló a favor del gobierno zambiano, dictaminando que, por interés público, los restos de Lungu pueden ser repatriados y recibir un funeral de estado, contra los deseos de la familia.
La decisión desató celebraciones entre simpatizantes del partido gobernante, quienes compartieron publicaciones en Facebook con la frase "It’s coming home", como si Zambia hubiera ganado un trofeo.
Una respuesta poco digna, quizá, pero refleja lo polarizadora que se ha vuelto esta situación.
Para algunos, hartos del conflicto, el dolor por la muerte de Lungu ha dado paso al cansancio.
A pesar de los urgentes problemas económicos del país, la discusión pública sigue dominada por las consecuencias del fallecimiento del expresidente, quien gobernó entre 2015 y 2021.
El origen de la polémica está en la rivalidad entre Lungu y su sucesor, Hakainde Hichilema, quien lo derrotó contundentemente en las elecciones de 2021. Pero ahora el conflicto ha escalado, con acusaciones absurdas de brujería.
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La viuda del expresidente, Esther Lungu (izq.), y otros familiares luchan por decidir dónde será enterrado.
Cuando el juez sudafricano emitió su fallo la semana pasada, la furia de la hermana mayor de Lungu fue reveladora. Bertha Lungu estalló en llanto e insultó al fiscal general de Zambia, Mulilo Kabesha, presente en el tribunal.
"Kabesha, Lungu no es hijo de tu padre… ni de Hakainde… Esto duele mucho. No quiero ir a Zambia", gritó, mientras su sobrina Tasila Lungu intentaba calmarla.
El cuerpo aún no ha sido repatriado porque la familia apeló la decisión del juez. El caso se revisará este viernes.
Todo esto debía resolverse en junio, cuando la familia aceptó inicialmente un funeral de estado en Zambia. Pero los planes se truncaron por un desacuerdo sobre el papel del presidente Hichilema.
La familia afirma que uno de los últimos deseos de Lungu era que Hichilema no se acercara a su cuerpo.
La raíz del odio son los más de 100 días que Hichilema, entonces líder opositor, pasó en prisión en 2017, acusado de traición. Se le imputó poner en riesgo la vida de Lungu al no ceder el paso a su caravana. Los cargos se retiraron tras la intervención de la Commonwealth.
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Hakainde Hichilema venció a Edgar Lungu por amplio margen en 2021 —era su sexta candidatura presidencial.
A su vez, los Lungu alegan persecución bajo Hichilema. Tasila y Esther, la viuda, enfrentan cargos de corrupción, que ellas niegan.
Según su portavoz, Makebi Zulu, la familia está dispuesta a esperar lo que sea necesario para darle a Lungu un entierro digno, aunque eso retrase el proceso.
Aceptan enterrarlo en Zambia, pero exigen que se cumpla su deseo de que Hichilema no asista.
Las autoridades insisten en que, como expresidente, merece un funeral de estado con la presencia de su sucesor. El gobierno incluso ha sugerido que podría sepultarlo sin la familia.
"Si quieren sentar un precedente, que expliquen por qué el presidente actual no puede acercarse al féretro. ¿Quién dijo que él quiere hacerlo?", declaró el fiscal a la televisión estatal ZNBC.
"Estamos dispuestos a dialogar con la familia, nunca la ignoraremos… a menos que ella decida alejarse." Kennedy Gondwe pero la familia tiene derecho a decir: "No venimos, no somos parte de esto". Entonces procederemos a enterrar sin ellos.
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En junio, la familia Lungu fue impedida de realizar un funeral en Sudáfrica.
No existe una ley en Zambia que especifique cómo deben ser enterrados los expresidentes.
Tradicionalmente, todos los exlíderes han recibido funerales de estado y han sido sepultados en Embassy Park, un lugar reservado especialmente para ellos.
Sishuwa Sishuwa, historiador zambiano y profesor en la Universidad de Stellenbosch en Sudáfrica, está en completo desacuerdo con la idea de que Lungu pueda ser enterrado sin la participación de su familia.
"Declaraciones tan imprudentes son culturalmente insensibles, debilitan el argumento del gobierno de que sus acciones buscan darle un entierro digno a Lungu, y muestran que intereses políticos—no el bien público—son lo que realmente importa aquí", dijo a la BBC.
"El fracaso de Hichilema en controlar el comportamiento inapropiado de sus funcionarios y seguidores ha alimentado la percepción de que el presidente aprueba estas acciones, profundizando así las divisiones."
Sishuwa argumenta que si Hichilema hubiera declarado públicamente que no asistiría al funeral, Lungu ya habría sido enterrado hace tiempo.
El Dr. Sishuwa afirma que la determinación de las autoridades de quitar el cuerpo de Lungu a su familia doliente—en nombre de un "entierro digno"—no solo ha empeorado las divisiones políticas, sino que también ha alimentado la creencia de que el cadáver podría ser buscado "por razones ocultas", en un país donde la creencia en la brujería está muy extendida.
Nevers Mumba, líder del Movimiento por la Democracia Multipartidista (aliado al partido de Hichilema), ha defendido al presidente:
"Lo que lo impulsa no es obsesión, sino un profundo sentido del deber. Hakainde Hichilema nunca abandona lo que persigue si cree que es lo correcto", escribió Mumba, quien también es pastor, en su página de Facebook.
"Él lucha, con la conciencia tranquila hasta el final, y sigue ajustando sus métodos hasta lograrlo."
No se sabe cuánto durará esta lucha, pero faltan varios capítulos por escribirse en esta saga.
Los zambianos quizá prefieran ignorar el tema y concentrarse en otros asuntos, pero seguirán siendo arrastrados al debate sobre si el cuerpo debe "volver a casa".
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